En las últimas décadas muchos países de la Unión Europea han reformado la gobernanza de sus sistemas universitarios. Para obtener una visión más detallada de los procesos de reforma, la Cámara de Comercio de España, la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades Españolas y la Fundación CYD han promovido conjuntamente un estudio sobre las reformas de la gobernanza en los sistemas universitarios europeos. El estudio fue presentado el pasado 26 de junio en Madrid.
Introducción y metodología
Los países seleccionados para el estudio han sido los siguientes: Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos y Portugal; en todos los casos porque han llevado a cabo, en las últimas décadas, reformas significativas en sus sistemas universitarios respectivos. Dichos procesos de reforma han sido descritos por expertos que, o bien han estado involucrados en los procesos de reformas en sus países como rectores de universidades o bien por parte del ministerio de educación.
Las reformas han seguido ritmos muy diversos según cada país. Los Países Bajos fueron uno de los primeros que reformaron – radicalmente – la gobernanza de las universidades (1993). Austria hizo una primera reforma al principio de los años 1990, seguida por una nueva reforma en el año 2002. En Dinamarca se han producido sucesivas reformas a lo largo de las últimas décadas, pero para este estudio se ha tomado como referencia la del 2003 modificada asimismo en 2011. En Finlandia la reforma de referencia es la del año 2009, que puede ser considerada como punto final de las reformas anteriores. En Portugal (también hubo varias reformas a lo largo de las últimas décadas) la reforma de referencia es la del año 2007 que introdujo, por ejemplo, el posibilitar que las universidades públicas se convirtieran en fundaciones. En Francia se puede hablar de un largo proceso de reformas para reforzar la institución universitaria iniciado en 1968; en los últimos 15 años se han producido varias reformas (2003, 2006, 2007 y 2013).
Reformas de la gobernanza en los sistemas universitarios europeos
Sistema de gobierno y gestión
Las reformas en los seis países indican que uno de los mayores problemas es conseguir un equilibrio adecuado entre gestión profesionalizada y colegiada. Las soluciones dadas son muy diferentes, aunque en todos ellos se ha producido un avance de la gestión profesionalizada en detrimento de la colegiada. Mientras que en los Países Bajos se opta radicalmente por una gestión profesionalizada, en Francia el peso de los órganos colegiados sigue siendo importante. En los demás países se introducen soluciones híbridas de diversos tipos.
En todos los países se aprecia un elevado grado de implicación de personas externas en la gestión de las universidades, generalmente en consejos de supervisión o de administración, los cuales asumen competencias relevantes, como la aprobación del presupuesto, de los objetivos estratégicos de la institución y designar al Rector.
Política de personal
¡La creciente autonomía de las universidades se muestra en la gestión del personal. En Austria, Finlandia y Portugal, el estatus laboral del personal universitario ha pasado de funcionario público a contratado laboral, y se ha concedido la gestión del personal a las universidades. En Dinamarca, desde los años setenta, son contratados laborales y en los Países Bajos gozan de un estatus híbrido entre ambos (en estos dos países las universidades ya tienen desde hace tiempo una gran autonomía en la gestión de sus políticas de personal). Contrariamente, en Francia, el estatus del personal universitario no ha cambiado, sigue siendo funcionario público, concediendo a las universidades una muy limitada autonomía en la gestión de su personal.
Sistema de financiación
En general, y a pesar de que la autonomía de las universidades ha adquirido una mayor importancia, al mismo tiempo se ha incrementado el control por parte del gobierno a través de sistemas de indicadores y acuerdos de financiación por objetivos. Estos nuevos equilibrios entre autonomía institucional y gobernanza del sistema se pueden observar en los mecanismos de financiación.
Para la financiación básica en los seis países se aplica actualmente el mecanismo de transferencia global incondicional vinculada, acompañado por un mayor grado de autonomía en la gestión financiera. En Austria y Portugal estas transferencias están vinculadas a un contrato plurianual entre gobierno y universidad con objetivos fijados. En Dinamarca, Finlandia, Francia y los Países Bajos se calcula la cantidad a transferir a través de fórmulas basadas en resultados de años anteriores. En estos países, solo una pequeña parte de la financiación pública se vehicula en función del grado de cumplimiento de los objetivos previamente negociados entre el gobierno y cada universidad. En general, se observa una creciente diversificación de las fuentes de financiación más allá de la financiación pública básica.
Sin embargo, los gobiernos usan mecanismos de financiación adicional para regular y guiar el sistema. Lo muestran los ejemplos de Dinamarca, Finlandia y Francia, donde se han utilizado estímulos financieros para incentivar fusiones institucionales. Además, el ejemplo de los Países Bajos muestra cómo el gobierno impulsa a las universidades y a los centros de investigación a centrarse en áreas de investigación determinadas.
A esto hay que añadir la introducción de nuevos mecanismos de rendición de cuentas, por ejemplo a través de la evaluación de la calidad. Todos los países analizados tienen mecanismos de evaluación de la calidad. Su introducción no suele estar vinculada a la reforma de la gobernanza, pero los mecanismos de rendición de cuentas parece que facilitan la concesión de más autonomía de gestión a las universidades.
Autonomía
La concesión de más autonomía a la universidad se justifica con la mayor vinculación de la actividad de la universidad a las necesidades de la sociedad en su conjunto. En este sentido, parece importante una definición clara de los objetivos por parte de los gobiernos y los parlamentos en relación al papel de las universidades en la estrategia nacional de desarrollo económico y social.
Para finalizar, en los Países Bajos, Finlandia y Dinamarca están emergiendo nuevas formas de coordinación interna para asegurar un elevado grado de participación del personal académico no regulado por la legislación. La universidad como organización de producción de conocimiento requiere mecanismos que aseguren la participación de los académicos en los procesos de decisiones al menos en el nivel intermedio de facultades y departamentos.
El estudio fue presentado el pasado 26 de junio en Madrid.
El Resumen Ejecutivo del estudio está disponible aquí.