Fundación CYD | Vocaciones STEM: empeño, asertividad, positivismo y motivación

Las vocaciones STEM requieren empeño, motivación, asertividad y positivismo

Vocaciones STEM (Mentores CYD)

Hay quienes dicen que las tecnologías serán la base del progreso en todo el mundo. El avance tecnológico en los diversos aspectos de la vida, potenciado aún más durante estos dos años de pandemia, ha puesto en evidencia el sinfín de posibilidades que brindan los entornos digitales. Sin embargo, aún persiste un desfase entre la oferta de puestos de trabajo relacionados con la tecnología y las vacantes que quedan sin cubrir porque las empresas no encuentran candidatos que las ocupen con las capacidades requeridas. IBM, firma pionera en ofrecer soluciones tecnológicas de vanguardia, cree firmemente en la importancia de estimular las vocaciones STEM e invertir en la promoción de habilidades técnicas para responder a los empleos que están necesitando las sociedades que avanzan cada vez más hacia un mundo cognitivo. 

En este sentido, y yendo aún más a lo concreto, la computación cuántica se posiciona no ya como una opción futurible, o al menos no en el largo plazo. De hecho, los grandes centros de datos de todo el mundo planean utilizar este tipo de computación para el 2023. Hoy, empresas y profesionales del sector están dándose cuenta de que existe un mundo del que anteriormente no teníamos consciencia y descubrieron que con las partículas elementales se aplica una nueva mecánica, la cuántica, con la que es posible operar de manera probabilística, aportando alternativas para dominar, intervenir y mejorar el medio físico. 

En 2016, IBM lanzó el primer ordenador cuántico disponible a toda la población a partir del cloud y hoy en día ya cuentan con 25, siguiendo el ambicioso plan de obtener más de 1000 cúbits (bit cuántico que puede ser manipulado arbitrariamente) en 2023. Además, en 2020 la compañía hizo público su deseo de colaborar con algunos de los problemas más acuciantes de la sociedad mediante el trabajo de los equipos de quantum computing en temas diversos como la emergencia alimentaria (intentando conseguir fertilizantes que fijen más el nitrógeno al terreno para conseguir mejor producción y mayor sostenibilidad), el medio ambiente (intentando encontrar mejores materiales para las membranas que son capaces de absorber el CO2 que se emite a la atmósfera) o ayudando a descubrir nuevos antibióticos para paliar el efecto de las bacterias que se han hecho resistentes a las drogas actuales.

Según Alberto García, IBM Quantum Community Engineer Lead, los perfiles profesionales que se requieren para trabajar en los entornos virtuales de simulación y algoritmos son personas que, además de tener una mente muy abierta, curiosa y creativa, estén dispuestos a adentrarse en un terreno desconocido y, por tanto, a probar, equivocarse, corregir y volver a predecir.

En el contexto del Programa Mentores CYD, que está por comenzar su novena edición, conversamos con Alberto quien nos ha acompañado como mentor en los últimos años y con su mentee de la edición de 2021, Àlex Rodríguez, graduado en matemáticas y actualmente realizando un máster en matemática avanzada en la Universitat de Barcelona, además de contar con una beca de investigación por la Facultad de Matemáticas e Informática de la misma universidad.

¿Cómo te enteraste del Programa Mentores CYD? ¿Cómo fue saber que habías sido seleccionado y que Alberto sería tu mentor?

Àlex: Me enteré por un correo de la universidad, le eché un vistazo y me di cuenta que podría servirme para trabajar sobre aquello que me hacía falta mejorar en ese momento. Estaba en el último año de la carrera y me hacía las típicas preguntas de qué hacer, qué opciones tenía y hacia dónde ir. Ha sido un gran acierto tener a Alberto como mentor ya que ambos venimos de carreras similares y me he sentido muy identificado con él. Todo el proceso de mentorías ha sido muy bueno. 

¿Cómo se fijaron los objetivos y las sesiones?

Àlex: Al principio sí que aplicamos la metodología que desde Fundación CYD se nos facilitaba, con las guías y recomendaciones, pero luego como cada rama es distinta nos centramos en lo que en nuestro caso era oportuno. Alberto partió de su experiencia, detalló cómo funciona la empresa y esa fue nuestra hoja de ruta para trabajar en mis necesidades. Además de todos los consejos que mi mentor me ha dado, los cuales tengo presente constantemente y que me han servido de mucho, valoro las recomendaciones acerca de si continuar o no con mi formación y de qué manera podría enfocar mi inserción en el mundo de la empresa. 

Alberto: Hemos seguido los puntos que nos habéis indicado pero al final la relación personal se antepone a los patrones fijados y fuimos quedando de manera más adaptable. Ha sido un placer conocernos, comprender las inquietudes que inicialmente tenía Àlex y compartir mis percepciones. No sé si es aventurado decirlo, pero casi que hemos llegado a una relación más de amistad que de mentor-mentee. En nuestro caso ha predominado el vínculo natural pero sí que estipulamos un calendario de reuniones y nos comprometimos en seguirlo los dos; siempre hacíamos el esfuerzo de vernos y de hablar. Tenía miedo que el vínculo se enfriara pero terminó mejorando a medida que avanzábamos; en este sentido, no perder nunca el contacto fue vital. 

¿Qué pilares han sido necesarios para una buena relación de mentoring?

Alberto: Sin duda la escucha activa ha sido muy importante, casi que vital de principio a fin, pero también el compromiso de hacer algo bueno y de luchar por sacar partido de esta iniciativa. La confianza también fue importante; casi que el compromiso se convirtió en confianza y en naturalidad con el paso del tiempo. 

Àlex: La escucha activa fue uno de los pilares y sobre todo la referencia: en Alberto pude ver a un referente e incluso sentirme identificado, algo que me hacía falta ya que en la carrera de matemáticas salen sin saber hacia dónde dirigirte y es muy difícil saber qué camino conviene tomar. Todo lo que me decía mi mentor era bueno para enfocar mi inserción laboral en el mundo de la empresa.

¿Te has visto reflejado en tu mentee cuando tú eras joven? ¿Eran los mismos miedos, las mismas inquietudes?

Alberto: Las dudas de Àlex entre el trabajo y el estudio o la aplicación del estudio a ciertas áreas laborales eran preguntas que yo mismo me hacía en mis comienzos. No sabes el esfuerzo que tuve que hacer para no decirle: “Àlex haz esto, Àlex haz aquello” y escuchar lo que él quería hacer o probar. Me he visto tan reflejado y los caminos eran tan similares que yo ya sabía que él cometería los mismos errores que yo, pero por más ganas que tengas de decirle lo que tiene que hacer debes aprender a no marcar sino a escuchar. Además, su motivación y todo el campo que aún tiene por labrar me han hecho acordar a mis comienzos. 

En relación a ello, y si hablamos de mentoring inverso, ¿qué te ha aportado tu mentee?

Alberto: Me ha aportado muchas cosas, incluso quizá él más a mi que yo a él. Me ha dado mucha frescura y la posibilidad de conocer dónde están las tecnologías ahora, cuáles son las inquietudes de los jóvenes, cuáles son sus maneras de pensar. Me ha ayudado a entender lo que buscan los nuevos graduados, sobre todo en relación a las vocaciones STEM. Los cambios generacionales evidencian lo que valoran los jóvenes de hoy y cómo atraerlos desde la oferta que tiene la empresa. También, me ha ayudado a motivarme, a mirar con cierta frescura los nuevos retos de la compañía y a ver con nuevos ojos las tareas de todos los días.

¿Cómo ven el mercado laboral actual, cada cual desde su rol (uno empezando a insertarse y otro con años de trayectoria) en las áreas STEM?

Àlex: Veo un panorama bastante positivo. Desde que tengo memoria vivo rodeado de las crisis pero veo a mis compañeros que están logrando introducirse en la empresas, con objetivos claros y precisos y con la idea de que lograrán lo que se propongan. Veo muchas posibilidades, lo que me anima a saber (y a creer) que si puedo, quiero.

Alberto: En IBM buscamos no solo talento y skills, que son mínimos y un “must”, sino otro tipo de habilidades blandas como la comunicación, la generación de ideas y la creatividad. En áreas altamente tecnológicas, además de una formación reglada en vocaciones STEM y un empeño personal, debes tener asertividad, mirar las cosas con positivismo, estar abierto a la competitividad y coopetividad, saber soportar las frustraciones y tener motivación intrínseca.
La cultura de IBM es inclusiva en todos los sentidos, empezando por el modo de pensar. Sí que es cierto que en vocaciones STEM a las mujeres les cuesta más confiar en ellas mismas y que incluso no aplican a las búsquedas si no sienten que cumplirán con todas las habilidades que se requieren. Creo que desde la empresa tenemos que fomentar aún más la igualdad y también la diversidad; estimular la plena participación de mujeres y hombres.

¿Podrías comentar el trabajo que impulsa IBM en términos de computación cuántica? ¿Cuál es el presente y el futuro de la tecnología y de las máquinas?

Alberto: Quantum es un nuevo paradigma en el área computacional y que permite (y permitirá) una potencia de cálculo muchísimo mayor. Hace 5 años, cuando un científico o farmacéutico quería crear un medicamento hacía simulaciones de pequeñas moléculas (proteína) durante un nanosegundo para ver qué receptores podían anular esa proteína (un virus) y que dejase de actuar (inhibirlo), tardando un año en calcular tres nanosegundos. Luego, ese periodo se redujo de un año a una semana. A medida que estos proyectos van creciendo, en lugar de simular nanosegundos se intenta simular una molécula entera. Los sistemas cuánticos plenamente productivos permitirán hacer muchas simulaciones y avatares virtuales en un solo día; por ejemplo, una vacuna contra la Covid-19 en 24 horas. Eso sí, aquí se necesita gente no solo con mucho conocimiento de desarrollo, matemáticas y física, sino con una mente muy abierta, curiosa, creativa y dispuesta a adentrarse en terrenos desconocidos. 

En el último tiempo se ha hablado mucho sobre el metaverso que está dando nueva forma a las empresas y los negocios. ¿Qué opinión/reflexión les merece? ¿Hacia dónde vamos en términos de hibridación entre entornos físicos y virtuales?

Àlex: La pandemia abrió un mundo de oportunidades de manera repentina y también nos obligó a responder ante la imposibilidad de utilizar los espacios físicos. Y lo hemos hecho muy bien. Lo que pasó ha significado mucho para este mundo a medias en el que vivimos entre dos escenarios, el virtual y el físico. 

Alberto: Todo lo que sea expandir las capacidades humanas a partir del entorno virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial o los avatares digitales va a tener éxito. Todo aquello que pueda no solo sustituir la realidad física sino también mejorarla, implicará un crecimiento de la mano de las nuevas tecnologías. Creo que hay mucho recorrido por delante y que es hacia donde vamos a través de las representaciones virtuales, aunque veremos en el camino lo que se irá descartando.

¿Qué análisis hacéis de la relación entre universidad y empresa?

Àlex: Lo que le hace falta a la universidad pública española es financiación y un cambio generacional capaz de ser afrontado con nuevas plantillas. Tenemos profesores e investigadores muy buenos que tiran para adelante por su propia voluntad, pero no hay innovación sostenible si el sistema no se respalda con cambios estructurales y soportes económicos. También, hace falta un esfuerzo por cambiar los planes docentes y actualizarlos a las necesidades actuales. Sí que hay pequeños cambios pero no a los ritmos que hoy vivimos. 
En cuanto a la empresa, me gustaría trabajar en una institución que tenga un proyecto que me motive y en la que pueda ver que voy hacia delante, que tengo retos u objetivos y que predomina el picor por el desafío nuevo que tengo que cumplir.

Alberto: Creo que la calidad de la universidad española es bastante buena, que el nivel de los profesores es bueno y que la vocación que tienen es muy buena, pero que faltan presupuestos y que tanto los gobiernos como administraciones deben apoyar más a la educación. En España los investigadores son vistos como personas puramente vocacionales, profesionales que realmente se quieren dedicar a ello, pero en Estados Unidos son vistos como personas “excepcionales”. Hay que apoyar más la investigación pública y de calidad de la universidad y que de ello puedan aprovecharse las empresas locales para generar un tejido productivo acorde.

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