La situación de la universidad española no puede sustraerse de la economía. El sistema universitario se ha visto afectado por el ajuste en la I+D+i y una caída de la inserción laboral entre universitarios, aunque también ha crecido el número de estudiantes, se ha reducido el desajuste entre puesto de trabajo cualificado y demanda, y han crecido las publicaciones, patentes y spin-off.
La universidad se ve obligada a gestionar un ajuste presupuestario así como atender nuevos retos. Si bien ha aumentado el número de matrículas de grado, se ha reducido la financiación privada de la I+D. Además, debe enfrentar la internacionalización académica y seguir con la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior aplicando un modelo pedagógico y de management.
Esta edición hace evidente la necesidad de afrontar reformas de calado en la universidad. Máxime, cuando muchos países europeos ya las han puesto en marcha, mejorando sus resultados educativos e investigadores. Sólo así resulta posible transformar las instituciones académicas e investigadoras en una herramienta que contribuya al crecimiento económico y al bienestar social.
Por un lado, la universidad española presenta una valoración positiva del comportamiento de ciertas tendencias que configuran el sistema universitario. Por otro, y como consecuencia de implementarse el Espacio Europeo de Educación Superior, ha visto cuestionada esa adaptación y el esfuerzo por ajustar sus titulaciones a la nueva estructura de ciclos: grado, máster y doctorado.
Esta edición diagnostica que las universidades españolas cada vez se diferencian más entre sí, especializándose y pasando a actuar en red. Se detectan una serie de condicionantes que actúan a favor del cambio, tales como la LOMLOU y los Reales Decretos asociados, así como otros a los que es necesario potenciar, como la legislación autonómica y la financiación.
El sistema universitario español presenta una serie de retos centrados en aumentar su autonomía y establecer objetivos acordes al papel que la sociedad les demanda. Además, debe elevarse el gasto en enseñanza superior que provenga de una mayor financiación pública y privada destinando el aumento de los recursos públicos al sistema de ayudas a los estudiantes y a la investigación.
Se destaca que más del 80% de las empresas no recurre a la universidad para realizar proyectos de investigación. Aunque España aporte el 2,8% mundial de publicaciones científicas, disminuyen las empresas innovadoras y colaboradoras. Sin embargo, más del 90% de las compañías cree que la universidad debe promover actitudes emprendedoras y la creación de empresas tecnológicas.
El Informe CYD 2004 analiza las tendencias de la universidad española, su impacto económico, la inserción laboral de los graduados y la formación continua, su actividad investigadora, el fomento emprendedor y la oferta de servicios a la comunidad. Elaborar esta primera edición evidencia carencias informativas y la dificultad de comparar datos en el ámbito español e internacional.
