En esta publicación sobre la universidad del futuro y, en concreto, sobre la colaboración universidad y empresa, ofrecemos reflexiones y valoraciones de los expertos en relación con los vínculos que las universidades mantienen activamente con su entorno, y especialmente con el tejido productivo, con el objetivo de proponer mejoras a la cooperación.
En este panel han participado: Antonio Abril (presidente de la Conferencia de Consejos Sociales), Isabel Fernández (rectora de la Universidad Alfonso X El Sabio), Marco Muñoz (director de Iniciativas Estratégicas del MIT), Xavier Prats (senior advisor de la UOC y asesor de Teach for All), Miguel Riaño (socio director de Herbert Smith Freehill e inversor en la Schiller International University) y Almudena Trigo (presidenta y general partner de BeAble Capital).
Como eslabones conectados, la universidad es parte de la sociedad y si no puede transferir el conocimiento para el bien de la comunidad, carece de razón de ser. Por tanto, la universidad tiene que verse internamente como un activo esencial, como la semilla de la economía y de la creación de una industria española del futuro y competitiva.
Para ello, es necesario garantizar y potenciar que la universidad se integre en una cadena de valor que traslade la ciencia a la industria. Una cadena en la que debe asumirse la necesaria presencia de actores diversos que colaboran activamente entre sí, incluyendo representantes del ámbito del emprendimiento, de la empresa y de la inversión para transformar la sociedad española y trasladar la investigación universitaria al mercado.
El foro de reflexión pone de manifiesto los condicionantes estructurales para la colaboración entre universidad y empresa. Por un lado, el capital relacional, la falta de cooperación y la distancia cultural entre organizaciones y sistemas; por otro, la gobernanza y rendición de cuentas de las universidades y, también, la inferior financiación y recursos económicos de los que dispone la educación superior en España.
Esta publicación, por tanto, intenta demostrar la importancia vital de la cooperación entre actores, las vías de aportación que puede activar el mundo empresarial en la formación universitaria, las acciones que se necesitan potenciar para reducir condicionantes y brechas entre ambos sectores y los aportes que pueden realizar los inversores en la esfera educativa.
