La crisis en la economía española no ha dejado de afectar a la universidad, disminuyendo su presupuesto tras reducirse las transferencias de las CC.AA. Al verse afectados los recursos para la investigación, los programas y convocatorias han tenido que adaptarse a las disponibilidades presupuestarias.
El Informe CYD 2012 alerta sobre el empeoramiento de las condiciones en las que se produce la inserción laboral de los universitarios con respecto a otros países. Así, por ejemplo, la tasa de paro de los graduados superiores de 25 a 64 años ascendió en el año 2012 al 14% por el 6% de la UE-27.
También han caído los indicadores que reflejan la transferencia a la sociedad. El volumen de contratos de las oficinas de transferencia de resultados de la investigación de las universidades a través de las relaciones con empresas cayó en 2011 un 11% y la creación de spin offs un 15,3% anual.
Sin embargo, persisten cifras positivas. Las patentes han mantenido su crecimiento pero con un avance menor, ha crecido el número de licencias aunque los ingresos medios por licencia cayeron en 2011 por segundo año y la cifra de publicaciones científicas ha mantenido su alza de la última década.
Esta edición apunta que se debería pasar de unas políticas transversales con efectos indiscriminados sobre la universidad a medidas adaptadas a las prioridades de cada centro en el marco de actuaciones definidas por las administraciones autonómicas en relación al mapa de titulaciones.
Mensaje de Ana Botín
El Informe CYD 2012 pone de manifiesto que estamos viviendo una época de profundas transformaciones, y las universidades no están aisladas de estos movimientos económicos y sociales. Han venido siendo los motores del cambio y del progreso y, ahora, como no podía ser de otro modo, son también objeto de cambio. Desde la Fundación CYD estamos convencidos de que las universidades españolas, como han hecho en épocas anteriores, han tomado conocimiento del nuevo contexto en el que nos estamos moviendo y están ya redefiniendo un nuevo modelo más flexible y con la autonomía que se requiere para afrontar estos cambios.