Septiembre es un mes estrella para la Fundación CYD. Como cada año, presentamos el Informe CYD con toda la información actualizada en relación al sistema universitario español y la contribución de las universidades españolas al desarrollo económico y social de nuestro país. El Informe CYD 2018 es fruto de todo un año de investigación y redacción y hoy lo hacemos público en un evento especial que reúne a personas destacadas y referentes del ámbito universitario, instituciones, universidades, medios de prensa y miembros del Patronato.
La decimoquinta edición del Informe CYD muestra en detalle las variaciones producidas en el sistema universitario español e incorpora como novedad una monografía sobre la empleabilidad de los graduados universitarios para analizar en profundidad cómo las universidades, las empresas y la administración intentan reducir los desajustes producidos en el mercado laboral de graduados universitarios.
Esta última entrega constata que el sistema universitario español, tanto en cifras como en la opinión de los expertos, está superando ya los impactos de la crisis económica y valora los resultados y las respuestas de la universidad española a las demandas sociales de manera satisfactoria y, en muchos casos, excelente.
Observa cómo la universidad se diversifica y propone soluciones diferentes adaptadas a sus distintas demandas tanto de conocimientos como territoriales. Asimismo, evidencia el éxito en dotar a España del mayor porcentaje de titulados superiores de la historia en la población activa (y por tanto un capital humano preparado), si bien certifica un desajuste importante entre la demanda y la oferta tanto en cantidad como en calidad.
A pesar de estos hallazgos, el Informe CYD 2018 pone de manifiesto la existencia de barreras sustanciales que impiden el desarrollo y mejora de determinados indicadores, tales como la internacionalización, la excelencia en la investigación, la capacidad de adaptación de las titulaciones a la demanda de los ocupadores, la flexibilidad y celeridad en la mejora de la docencia, incluso en la transferencia y la valoración de la universidad.
¿Cuáles son los puntos destacados que expone el Informe CYD 2018?
Según el Informe CYD 2018, el sistema universitario español aún no logra alcanzar los niveles previos a la crisis pero sí se distinguen señales de recuperación en algunos indicadores. No obstante, los retos no son pocos. Aquí desglosamos algunos de los desafíos aún vigentes:
Matriculados. El curso 2017-2018 ha sido el sexto consecutivo con variaciones anuales negativas en el número de matriculados en grado para el conjunto del sistema universitario español, mientras que el máster oficial registra un notable incremento. Además, contrasta la evolución siempre negativa de los matriculados de grado en las universidades públicas con el número positivo en las privadas. Por su parte, el máster oficial registra un notable incremento de alumnos en los dos tipos de universidades. Al analizar en conjunto grado y máster, el 19,3% de los matriculados estudia en instituciones privadas.
Oferta universitaria. Por el lado de la oferta se registra un aumento continuo de universidades privadas en España ya que, desde la creación de la última universidad pública en 1998, se han autorizado más de 20 privadas. En total, las 88 universidades autorizadas (83 activas) ofrecen un total de 8.526 titulaciones oficiales: 2.920 grados, 3.567 másteres, 1.137 doctorados, 810 dobles grados y 92 dobles másteres.
Atendiendo a la información de la OCDE, Education at a Glance 2018, el porcentaje de estudiantes internacionales en España en grado en 2016 (último año disponible) seguía siendo mínimo: 0,9%. Solo México y Chile, de los 28 países que brindan información completa al respecto, tenían un menor valor que el español (para el conjunto de la OCDE el dato era del 4,3% y para la UE-23, del 6,5%).
En el caso del máster, sin embargo, el dato en España del 8% se acerca más al de la OCDE (11,9%) y al de la UE-23 (12,9%). Algo similar ocurre con el doctorado, con un 15,5% para España (25,6% para la OCDE y 22,6% para la UE-23). El total de estudiantes internacionales en la educación superior alrededor del mundo asciende ya a 5 millones de personas, más que doblando las cifras de principios de siglo.
Personal docente. En relación al personal docente e investigador (PDI) se registra, en el curso 2017-2018, un aumento del 2,1% alcanzando los 122.910 trabajadores. Una característica relevante del personal docente es su elevada edad media (el profesorado de 60 años y más que deberá jubilarse en la próxima década asciende a 20.000 personas).
Egresados. Continúa la disminución del número de titulados de grado (191.803 en el curso 2017-2018) y aumenta el de máster oficial (112.122 en el mismo curso). Por su parte, las universidades no presenciales, aunque representan el 6,2% del total de egresados en grado, se acercan al 20% de los titulados en máster oficial.
Gasto en I+D. El gasto en I+D en relación al PIB registra por primera vez desde el 2010 un aumento del 1,2%. Acompaña a esta subida el incremento en los últimos 3 años del número de empleados en actividades de investigación y desarrollo.
En referencia al gasto en I+D ejecutado en la educación superior, hay un aumento del 4,4% en el año 2017 respecto al anterior, siendo las universidades públicas quienes destinaron más gasto a estas actividades (89,97%).
Además, por primera vez en 7 años, se registra una recuperación de la financiación de la I+D universitaria por parte de las empresas. El volumen de captación de recursos fruto de la colaboración universidad-empresa confirma la tendencia de recuperación observada desde el año 2015.
Sin embargo, la solicitud de patentes participadas por las universidades por vía nacional continúa en tendencia decreciente. También disminuyen los contratos de licencia y la creación de spin-off en las universidades españolas (este último con la cifra más baja en la última década).
Resultados de la investigación. Continúa la tendencia en relación a los resultados de investigación (más cantidad, menos calidad), ya que si bien el volumen de producción científica crece, su crecimiento convive con el descenso del liderazgo y la excelencia científica de España, que además registra un declive en la colaboración internacional.
Financiación y recursos. Otra lectura que se desprende del Informe CYD 2018 es la del gasto total en educación superior por estudiante, un 20% inferior al de la OCDE; indicador cuya evolución disminuyó en España un 13% en el periodo 2010-2015, lo que contrasta con el incremento de la OCDE (11,8%).
Según la información más reciente, los presupuestos liquidados de las universidades públicas presenciales presentaron en 2017, por tercer año consecutivo, incrementos de los ingresos y gastos (aunque respecto a 2009 el total de ingresos fue inferior a un 11,5%). Dentro de los ingresos, las transferencias corrientes recibidas, en buena parte de las comunidades autónomas, fueron un 15,2% inferior a 2009. En cambio, la recaudación por tasas y precios públicos ha sido un 18,2% superior.
Inserción laboral de los graduados universitarios
El Informe CYD 2018 destina un capítulo especial en formato monográfico para analizar la inserción laboral de los graduados españoles y lo hace extrayendo algunos rasgos fundamentales. Entre los aspectos positivos de los egresados comparados con el resto de la población, cuanta más formación posee un trabajador, mayor proporción está con contrato indefinido, a tiempo completo y por cuenta ajena. Además, conforme más nivel de formación, más ingresos procedentes del trabajo realizado.
El desempleo de los titulados universitarios en España se mantiene elevado y por encima de otros países del entorno. La población con educación superior con edades comprendidas entre los 25 y 69 años tiene una tasa de paro del 8,9%, el doble que la media de la Unión Europea, que asciende a 14,9%. En cualquier caso, la tasa de paro de los graduados universitarios en España es inferior a la del resto de la población activa
Entre los desajustes, el informe señala que la oferta de titulados universitarios es superior a la demanda de empleo cualificado generada por el tejido productivo, el cual además ha crecido a un ritmo mucho menor. Este desfase entre oferta y demanda deviene en altos niveles de sobrecualificación.
Así, del total de graduados superiores ocupados en el mercado de trabajo español, el 37,6% desempeña tareas que no son de alta cualificación, la cifra más elevada de todos los países de la Unión Europea. Sin embargo, y paradójicamente, un porcentaje elevado de empresas tiene dificultad para cubrir puestos de trabajo de determinadas cualificaciones como consecuencia de los cambios que se producen en el mercado laboral.
Esta situación pone en evidencia la necesidad de promover vías de colaboración entre la universidad y la empresa, más allá de aumentar y perfeccionar los programas de prácticas, curriculares o no, en las compañías. Además, hay que potenciar iniciativas como la formación universitaria dual, los doctorados industriales, los programas de formación conjunta entre universidades y empresas, aumentar la permeabilidad entre los ciclos formativos de grado superior y las titulaciones universitarias y, en general, todas aquellas acciones que permitan reducir los desajustes señalados.
Más recursos y mejor autonomía, desafíos aún vigentes de la universidad española
En línea con el crecimiento de la economía española en los últimos 5 años, la universidad está logrando revertir los efectos de la crisis y de las políticas restrictivas llevadas a cabo a partir de 2009, tales como la reducción de las transferencias de las administraciones públicas a las universidades, el límite a la tasa de reposición del profesorado universitario y la caída en los presupuestos de I+D.
Dichas circunstancias han condicionado las posibilidades de adecuación de la universidad a la evolución de la demanda y han penalizado su posicionamiento internacional. Sin embargo, y a pesar de las dificultades, no hay duda de que el sistema universitario español ha conseguido llevar a cabo sus objetivos institucionales con unos resultados muy notables.
La necesidad de una reforma se ha visto reforzada por la emergencia de nuevos desafíos. Algunos de ellos son consecuencia directa de las políticas de la Unión Europea relacionados con el desarrollo del espacio europeo de educación superior y otros surgen de los cambios económicos y sociales que ha motivado el avance tecnológico. Entre ellos, el aumento de la internacionalización y competencia entre universidades ha ocasionado respuestas con propósitos globales, cuyo ejemplo más reciente es la creación del programa Universidades Europeas.
El Informe CYD 2018 se encuentra descargable por capítulos. Accede a la última edición.