Según la UNESCO, a nivel mundial solo el 35% de la población femenina opta por cursar carreras relacionadas a STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). En España la cifra se reduce aún más, con el 28% para el agregado de grado+máster+doctorado. Los motivos de la baja participación son muchos, complementarios y encadenados, siendo los estereotipos de género y la falta de referentes femeninos dos de las mayores problemáticas a reducir dentro del sistema educativo. “A veces, a las mujeres, nos falta creérnoslo. Creer en nuestras propias capacidades. Parece que tenemos que demostrar más intensamente nuestro desempeño y nuestra valía”, sostiene Pilar Alegría, Ministra de Educación y Formación Profesional. Conversamos con ella para conocer su lectura al respecto y las apuestas que se están haciendo para avanzar hacia la igualdad, eliminar las barreras que limitan la elección vocacional y reducir las brechas de oportunidades laborales.
Como marco, y con una visibilidad cada vez más creciente desde hace 7 años, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (proclamado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas) pretende recalcar el papel fundamental de las mujeres en la ciencia para fomentar su participación de forma plena y equitativa así como también visibilizar el trabajo de aquellas que se dedican a las áreas STEM, creando referentes femeninos para la infancia que sean capaces de incidir positivamente en la decisión profesional.
Reivindicar la presencia femenina en las carreras de ciencia implica, sin duda, fomentar la orientación educativa y profesional con una perspectiva inclusiva y no sexista. Así lo sostiene Pilar Alegría, Ministra de Educación y Formación Profesional, quien considera que la clave para impulsar la presencia de las mujeres en estos ámbitos pasa por promover currículos y libros de texto con referentes femeninos y libres de estereotipos. “Esa es la clave: romper las imágenes tradicionales que llevan a las chicas a elegir sus estudios influenciadas por prejuicios de género”, afirma la Ministra, diplomada en Magisterio, con especialidad en Educación Primaria y máster universitario en Estudios Avanzados en Educación Social.
Y es que el género marca un plus de dificultad en todo esto: faltan referentes femeninos y las mujeres que llegan a la ciencia se encuentran con las barreras habituales de los entornos que han sido históricamente masculinos. En este sentido, el acompañamiento desde edades tempranas es fundamental: las niñas, a medida que crecen, van perdiendo interés por las asignaturas STEM, siendo uno de los motivos más evidentes la falta de imágenes y referentes de mujeres (menos del 8% en los libros de secundaria) con la consecuencia inmediata de que niñas, niños y jóvenes perciban a la ciencia como cosa de hombres.
Ante esta situación, desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional están comprometidos con visibilizar el papel de muchas mujeres en el campo de la ciencia y la tecnología. Para ello, han puesto en marcha la Alianza STEAM, una iniciativa que tiene como objetivo promover la formación científica y tecnológica de las niñas. “Hay estudios que nos señalan la existencia de variables de origen emocional y cognitivo por las que las niñas, ya a los diez años, sienten rechazo a las matemáticas. Es importante que cambiemos la forma en que nos dirigimos a ellas y reforzar su motivación y el modo en el que trabajan en el aula, haciéndolo de una forma más colaborativa”, solicita Pilar Alegría.
Dialogamos con la actual Ministra de Educación y Formación Profesional de España desde julio de 2021, quien asumió la responsabilidad de continuar con la reforma educativa impulsada por Isabel Celaá. Y así lo está haciendo, junto a los reales decretos de evaluación, los currículos educativos, la nueva ley de FP y la futura ley de Enseñanzas Artísticas; todo ello con la mirada puesta en “transformar y adaptar la educación al siglo XXI y preparar a los niños, niñas y jóvenes para que sean capaces de responder a los retos del futuro”.
1. Menos del 30% de los investigadores científicos de todo el mundo son mujeres y esto, en buena medida, se debe a que siguen encontrando dificultades y obstáculos para progresar en este campo. ¿Cuál es tu lectura al respecto?
Sin duda es un asunto de gran importancia. No podemos hablar de igualdad sin romper muchas de las brechas que todavía existen en nuestro país en cuestión de género. Tenemos que abordar debates sobre los cuidados, la conciliación, la carrera profesional de las mujeres y, en concreto, la de las investigadoras. Necesitamos medidas de acción positiva en favor de las mujeres para apoyar el progreso en la carrera científica y también tenemos que contar con la complicidad del sector privado para poder atraer y retener el talento femenino.
2. En la OCDE solo el 5,2% de las chicas frente al 12% de los chicos espera trabajar en ciencia e ingeniería. También son menos las mujeres que quieren dedicarse a las TIC (un 0,4% de chicas frente a un 4,7% chicos), sobre todo, en España (un 1% de alumnas frente a un 7% de alumnos). ¿Qué opinión te merece la desigual elección de los estudios?
Me produce inquietud porque no podemos dejar fuera de la transformación tecnológica a las mujeres, su visión y su talento. Desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional estamos comprometidos con este asunto y trabajamos para visibilizar el papel de muchas mujeres en el campo de la ciencia y la tecnología. Las alumnas necesitan referentes cercanos. Debemos tener en cuenta que los centros educativos desempeñan un papel crucial para despertar el interés de las niñas por las materias STEAM y por eso queremos generar una alianza para que cuenten también con recursos, campañas, programas, materiales.
3. Días como este 11 de febrero ayudan a visibilizar la labor científica de las mujeres y fomentar la vocación en las niñas. ¿Qué opinión le merece la brecha de género en los sectores de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en España?
Cualquier brecha que suponga que las desigualdades crecen es preocupante, pero en este caso estamos hablando del futuro de nuestras niñas y jóvenes. Tenemos con ellas una primera obligación, que es la de eliminar obstáculos y barreras más o menos invisibles que les limitan a elegir con verdadera libertad qué quieren ser de mayores. Estamos obligados a garantizar la igualdad de oportunidades y a no dar la espalda a la mitad de la población. ¿Podemos avanzar sin su talento? No. No podemos dejar atrás lo que ellas pueden aportar. Además, el progreso económico y social pasa actualmente por la transformación tecnológica y el mercado laboral está demandando cada vez más perfiles STEAM. Van a ser los empleos del futuro más cercano y, por eso, debemos despertar las vocaciones.
4. El año pasado el Ministerio de Educación lanzó #AlianzaSTEAM por el talento femenino con la frase “Niñas en pie de ciencia”. ¿Hay nuevas apuestas para el 2022?
Se trata de una propuesta del Ministerio de Educación y Formación Profesional con un objetivo que comparte todo el Gobierno. Son más de cien las empresas, entidades e instituciones que se han sumado a la iniciativa y esperamos que sean muchas más. El plan de trabajo de la Alianza incluye ahora el desarrollo de distintas actuaciones que supongan el empoderamiento de las niñas y jóvenes en estos ámbitos STEAM. Hablamos de campañas de sensibilización, un programa de orientación profesional y de la mejora en formación de metodologías activas de aprendizaje para los propios docentes. Además, acabamos de publicar un estudio muy interesante sobre la brecha de género en España, el cual indica que, en la mayoría de los casos, aunque las chicas tienen una nota media de bachillerato superior a la de los chicos, muchas veces no eligen carreras relacionadas con las ciencias debido a ciertas inseguridades. Hay evidencias que demuestran la influencia todavía de estereotipos y de aspectos más de tipo emocional, que de desempeño y ejecución de las materias.
5. La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030. ¿Qué esfuerzos faltan para promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia?
Un esfuerzo clave es el de visibilizar los referentes. El motor de cambio de una sociedad son las aulas, ahí es donde vamos haciendo germinar semillas gracias al trabajo de los docentes. Desde el Ministerio vamos a unificar los esfuerzos en una página web que haga de repositorio de recursos, proyectos o programas educativos para que las aulas se llenen de estos referentes femeninos. Tenemos que cambiar el relato de la ciencia y la tecnología, el enfoque que damos a las niñas y niños, visibilizar la importancia que este sector tiene para nuestra sociedad y para mejorar la vida de las personas. La ciencia es divertida, es apasionante, y es una oportunidad para hacer grandes cosas.
6. El 10 de julio de 2021, día de tu nombramiento como Ministra de Educación y FP, dijiste que “trabajarías con la comunidad educativa por una FP y una educación inclusivas, equitativas y de la máxima calidad”. ¿Cuál es la perspectiva de género en este propósito?
La perspectiva de género está en todas las decisiones que tomamos porque creemos firmemente en la igualdad entre mujeres y hombres. No puede ser de otro modo. Desde el Ministerio de Educación trabajamos con la Alianza STEAM pero también estamos implicados en la lucha contra la violencia de género a través de la coeducación. La nueva Ley de Educación, LOMLOE, adopta un enfoque de igualdad a través de la coeducación e introduce la materia de Educación en Valores Cívicos, la cual fomentará el respeto de los derechos de hombres y mujeres, la resolución pacífica de conflictos y la convivencia.
7. Según afirmas, “la Formación Profesional es más que una ley, es un proyecto de país”. ¿Qué objetivo persigue esta nueva ley? ¿Crees que ha cambiado la percepción, imagen y valoración que hoy se le atribuye a la FP?
Totalmente. La Formación Profesional ha vivido en nuestro país una “revolución silenciosa”. Este curso tenemos ya más de un millón de alumnos en FP, es la primera vez que superamos esa cifra. Pero teníamos una cuenta pendiente: dignificarla. Se trata de una opción de primera y de calidad. Se viene trabajando en un Plan de Modernización que centra sus actuaciones en once ámbitos estratégicos. Además, en marzo, esperamos que la nueva Ley de FP esté ya aprobada de manera definitiva; esto supondrá un salto cualitativo para dar oportunidades a los jóvenes y también para mejorar la empleabilidad de los trabajadores.
8. ¿Cuáles son los viejos y nuevos retos de la educación en España?
El reto de la educación siempre es preparar a una generación para el futuro y ahora, con la velocidad a la que se producen los cambios a nuestro alrededor, ese reto es especialmente importante. La educación en España ha avanzado muchísimo en las últimas décadas y nuestro sistema educativo es fuerte, pero necesitamos que sea, por fin, la palanca de transformación social que necesita el país. Ese es el objetivo de la reforma que estamos llevando a cabo, que va a dar respuesta a los retos históricos de la educación en España, reduciendo el abandono escolar temprano, que el año pasado alcanzó su mínimo histórico con una tasa del 13,3%; disminuyendo la repetición, un recurso que se ha utilizado en exceso en nuestro país y que ha lastrado la vida de muchos jóvenes; reforzando la equidad de nuestro sistema educativo para que las desigualdades socioeconómicas o personales no dejen atrás a ningún alumno; potenciando la Formación Profesional para ofrecer nuevas oportunidades a los jóvenes y responder a las necesidades del mercado laboral; o reformando la profesión docente, una reforma sustancial y delicada, que no se ha abordado desde hace cuatro décadas, y que es hoy más necesaria que nunca.
9. El nuevo currículo educativo insiste en un enfoque más práctico, la inclusión de la perspectiva de género y el aprendizaje competencial. ¿Qué alcances se pretenden lograr?
La reforma educativa en la que estamos inmersos pretende avanzar en la línea de los países más avanzados y en los que muchas veces nos miramos. Nos dirigimos a una educación en competencias que dé a los alumnos la capacidad de entender y adaptarse en un mundo de cambios cada vez más constantes y acelerados. No podemos enseñar a nuestros hijos de la manera que se enseñaba a nuestros padres. Ya no es suficiente con acumular datos e información -que, por otra parte, cada vez están más accesibles para todos gracias a la tecnología-, sino que hace falta saber gestionarlos, aprender a utilizarlos y conectarlos con nuestra vida cotidiana, que es la forma de adquirir aprendizajes más profundos y duraderos. Es un cambio que va a requerir más esfuerzo para los alumnos y los profesores, pero que permitirá que cada alumno pueda desarrollar mejor su potencial. También requiere un mayor esfuerzo del sistema para poner a su alcance los medios que le permitan desarrollar todas esas capacidades. Del mismo modo cambiará la evaluación: una evaluación continua y global, que asegure el aprendizaje del alumnado, de acuerdo a su capacidad y situación, y que será realizada de forma colegiada por el profesorado de cada centro, con mucha mayor autonomía que hasta ahora. Una de las cuestiones que más nos importa es que la ley pretende anticiparse a la detección de problemas para dar los recursos necesarios al alumnado y reducir así las cifras de fracaso y abandono escolar.
10. En una de tus entrevistas afirmaste que “para que España avance es importante que avance la cultura científica y también la humanística”. ¿Cuál es tu lectura de la carrera que las mujeres investigadoras y las profesoras en ciencias y matemáticas tienen en España?
Hablábamos de la necesidad de fomentar las vocaciones científicas y tecnológicas en nuestras niñas y jóvenes. Pero, cuando hayamos logrado eso, ¿qué se van a encontrar en el mundo laboral? La brecha de género salarial, la escasez de mujeres en puestos de decisión, los techos de cristal y los suelos pegajosos, o, hablando de investigación, la mayor dificultad de las mujeres para acceder a financiación para sus proyectos. Todo esto es una realidad, pero estamos avanzando. Hay que romper los estereotipos en las aulas y en los laboratorios. Yo creo, además, que las dos cosas se retroalimentan y que estamos en un momento decisivo en el que no solo las mujeres tenemos más voz que nunca, sino que, además, hemos podido reivindicar esa voz como propia y situar cuestiones como los cuidados o la maternidad, que tanto influyen en las carreras profesionales, en el centro del debate. Necesitamos el talento y la mirada de toda la sociedad si queremos responder a los desafíos que se nos plantean y mejorar la vida de las personas.
11. Según sostienes, “la empresa es una prolongación del sistema educativo, lo que permite recibir una educación de primera pero también trabajar en el entorno productivo y conocer la realidad del entorno laboral”. ¿Cuál es tu lectura de esta relación?
Con la Ley de Formación Profesional damos un salto cualitativo en este sentido. Una formación dual que es importante, no por el prestigio de la propia FP, es importante porque genera oportunidades directas a los jóvenes. En este escenario económico y social no podíamos continuar con una Ley de FP de hace 20 años. La sociedad y la realidad han cambiado y tenemos que hacer frente a los nuevos retos y a la transformación de nuestro país. Con esta ley vamos a tener una Formación Profesional moderna, acorde con esa realidad, basada en la innovación, la digitalización, la sostenibilidad y el emprendimiento. Una formación conectada directamente con el empleo y la empresa. Es decir, la empresa como un aula y el aula como una empresa. La ley recoge periodos de formación en las empresas del 25 al 35% en la modalidad general y un mínimo del 35 en la intensiva. Es el mayor reto de la reforma, pero también la principal baza.
12. Según los informes PISA, las niñas tienen una percepción de autoeficacia más baja en ciencias y matemáticas. Sin embargo, puntúan más y mejor que los niños en materias de ciencias, aunque no se ven trabajando en profesiones científicas-tecnológicas, lo que deviene en una cuestión de aspiración, no de rendimiento. ¿Qué le dirías a esas niñas?
Les diría que no se pongan límites y que sean capaces de todo, porque lo son. Trabajar la autoestima y el bienestar emocional de niñas y niños es también una parte importante del ámbito educativo. No acuden al colegio únicamente a estudiar o memorizar, acuden al colegio para aprender también a ser personas y a relacionarse. Y si en algo estamos trabajando también con la Alianza STEAM es en la necesidad de visibilizar los referentes. Que sepan y conozcan a chicas y a mujeres que están haciendo grandes cosas, mujeres cercanas que muchas veces viven en su barrio y que están cambiando el mundo cada día. Nuestro horizonte no puede ser otro que el de la plena igualdad, que nuestras hijas e hijos crezcan en una sociedad libre de esos estereotipos de género.
* Melina Díaz, responsable de comunicación Fundación CYD.