En enero de 2007, Steve Jobs presentó el primer Iphone, un smartphone que marcó un punto de inflexión en la relación entre los usuarios y sus teléfonos, iniciando una revolución tecnológica en el uso de Internet. El móvil pasó de ser un dispositivo para llamadas a ser el eje central de un gran abanico de aplicaciones en muchos ámbitos de la vida diaria, que lo han convertido prácticamente en un apéndice del ser humano.
El metaverso podría marcar otro hito en la tecnología, según los expertos. Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander, nos habla de esta revolución en muchos ámbitos y nos da su opinión sobre qué puede suponer en el entorno profesional, especialmente de los futuros graduados como los mentees del Programa Mentores CYD. Ellos, junto con mentores, asistieron a un workshop dedicado a conocer las claves del camino al metaverso.
Coty de Monteverde sitúa este nuevo avance en el contexto de la tercera generación de Internet, que da un paso más en la relación de los usuarios con la red. En un inicio con la web 1.0 se observaba y leía contenido a través de ordenadores personales, con la web 2.0 se participa de forma interactiva con los teléfonos móviles y con la nueva, se adquirirán otros roles:
“La web 3.0 es la evolución a una tercera generación de Internet: pasaríamos de ser participantes a ser propietarios de contenido digital. Nos conectaríamos a nuevas plataformas de contenido, páginas web y servicios digitales con nuestra billetera (o “wallet”), en la que podríamos tener todo tipo de activos digitales, desde monedas digitales a nuestra identidad digital. Además, nosotros seríamos los dueños de nuestros datos, no las plataformas. Se trataría de un Internet construido y monetizado por los usuarios”.
Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander
La tecnología blockchain, clave para la descentralización de Internet
La web 3.0, en fase de desarrollo, se basa en la tecnología blockchain, que permite crear, registrar y transferir activos de una forma segura y descentralizada; sin el control de intermediarios.
La tecnología blockchain podría permitir a cada usuario ser dueño de sus datos personales, así como intercambiar la propiedad de activos digitales representados en los Non Fungible Tokens (NFT). Los NFT son representaciones únicas de activos en Blockchain y en la actualidad tienen una gran variedad de usos: pueden representar arte digital, coleccionables, recursos en videojuegos, entradas para eventos o certificados de propiedad, entre otros.
“Los NFT permiten indicar quién es el propietario de una obra digital como canciones o arte gráfico: si tienes el NFT, eres el dueño de esa obra digital y puedes transferirla o venderla”
Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander
Hacia un único metaverso
Las innovaciones en la web 3.0 y su infraestructura basada en blockchain harían posible el desarrollo del metaverso en singular, como un nuevo ecosistema de mundos virtuales en tres dimensiones que busca ofrecer una experiencia inmersiva. Un concepto ya vigente en libros y películas de ciencia ficción del siglo pasado y que va más allá de los actuales entornos virtuales de los video juegos:
“Actualmente, existen muchos mundos virtuales a los que llamamos metaversos, pero son silos, independientes unos de otros. El futuro metaverso del que se habla es un ecosistema, donde diferentes mundos virtuales estarían interconectados y los activos digitales de una plataforma, se podrían usar en otra. El futuro metaverso no va sería sólo para jugar sino un espacio en tres dimensiones donde poder experimentar, socializar o reunirse; entre otras cosas”.
Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander
Hay más de 17 millones de búsquedas en Google vinculadas a la palabra metaverso y cada día se publican noticias. La nueva denominación de la red social de Mark Zuckerberg ha generado altas expectativas, pero también la madurez de tecnologías como el cloud, la robótica, el internet de las cosas, el machine learning o la inteligencia artificial.
Tecnologías como la realidad extendida, que engloba la realidad virtual que se puede ver a través de unas gafas; la aumentada por la que parecen elementos digitales en el espacio físico y la mixta, donde esos objetos interactúan en el mundo real, son esenciales. Aunque la clave del éxito estará en conseguir lo mejor de ambos mundos:
“El metaverso va más allá de un mundo virtual en 3D, la clave estará en cómo se conectan el mundo real y el mundo digital de forma que el usuario tenga una experiencia inmersiva”.
Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander
Oportunidades para futuros graduados y empresas
Los avances y aplicaciones tecnológicas cada vez requieren más profesionales vinculados a las áreas STEM. Desde el Programa de Mentores CYD, cuyo fin es el de acercar la realidad de la empresa a los futuros graduados, se han querido conocer retos y oportunidades para los profesionales que empiezan su carrera.
Según explica Coty de Monteverde, en la actualidad, la demanda de perfiles tecnológicos es muy alta en todas las áreas del banco, no solo en tecnologías emergentes como el blockchain, y se van a requerir más perfiles con conocimiento técnico especializado como criptografía o computación cuántica. Además, apunta a posibles futuras profesiones vinculadas al metaverso:
“El metaverso podría abrir una nueva dimensión de oportunidades para diferentes sectores económicos y profesionales. Arquitectos de entornos virtuales, ingenieros expertos en realidad virtual, científicos del metaverso o estrategas de NFTs podrían ser nuevos perfiles”.
Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander
Por el momento, marcas de moda y cosmética como Gucci y Clinique empiezan a desfilar en esta pasarela de oportunidades con ropa y maquillaje, tanto para avatares como para usuarios finales. Firmas de subastas como Sotheby’s y Christie’s buscan en el mundo virtual a un consumidor más joven y estrellas de la música como Justin Bieber ya han ofrecido conciertos virtuales.
Para que el Metaverso sea una realidad única y global deben cumplirse una serie de condiciones:
- Interoperabilidad: poder transferir datos y activos de una plataforma a otra.
- Descentralización: necesaria para devolver el control de los datos y los activos al usuario.
- Persistencia: que el contenido y obra siempre esté ahí a menos que el propietario lo quite.
- Espacialidad: anclajes espaciales que permitan encontrar los activos que se hayan creado.
- Impulsado por la comunidad: las comunidades son la clave y las marcas necesitan reconocerlas.
- Identidad autogestionada: la identidad y reputación son personales, privadas, persistentes, portátiles y están protegidas.
Además, hay cuestiones legales, sociales y éticas por resolver:
“A nivel tecnológico no hay un estándar que proporcione interoperabilidad y es necesario garantizar que se protege la seguridad de los activos y el dinero. A nivel legal y regulatorio, habrá que adaptar las normas en un entorno global, en el que convivirán empresas y usuarios de muchas jurisdicciones. En la actualidad, no tenemos una identidad digital única, sino varias como la del banco y las de las redes sociales. Además, será muy importante la gobernanza de este ecosistema y los retos éticos que suponen el construir esta realidad virtual de forma inclusiva y diversa, velando por el bienestar de las personas”.
Coty de Monteverde, responsable de Centro de Excelencia de Crypto y Blockchain de Banco Santander
Ante estos grandes retos y desafíos ¿será posible vivir esta realidad inmersiva próximamente? Coty de Monteverde pronostica que en 6 o 7 años veremos aplicaciones más tangibles como la compra y prueba de productos a través de avatares. Y destaca que la clave para el futuro del metaverso estará en la interoperabilidad,
En el contexto profesional, serán muy importantes las capacidades para adaptarse y reinventarse, el aprendizaje y continuo y la curiosidad, especialmente entre los más jóvenes, que podrían desarrollar su trayectoria en un mundo donde realidad presencial y virtual estén interconectadas.