César Romera, Director de Desarrollo de Negocio en IBM, es un convencido de que la tecnología es el principal «driver» de los nuevos modelos de negocio. Para él, tecnología y negocio son un binomio inseparable, siendo los datos la materia prima de las empresas y la inteligencia artificial el medio para transformar cada dato en conocimiento. Bajo ese mismo prisma, su mentee Daniel Rubio ha querido darle un enfoque tecnológico a su carrera universitaria. Dos perfiles en distintos momentos profesionales pero con una misma lectura de la actualidad digital y que han sabido sacar provecho a sus encuentros de mentoring inverso.
En Fundación CYD procuramos que los enlaces entre mentor y mentee sean mutuamente beneficiosos. Al ver los perfiles de los jóvenes que cada año aplican al Programa Mentores CYD y que son finalmente seleccionados, intentamos vincularlos a un mentor que por su trayectoria profesional, su formación o personalidad sea posible conectar de manera proyectada y empática.
En el caso de Daniel Rubio Sánchez, graduado en Doble Grado en Negocios Internacionales y Relaciones Internacionales (Programa global con McGill University, UC Berkeley y London School of Economics) por la Universidad Europea de Madrid, enlazarlo a César Romera, fue casi una premonición. Sin duda, una relación intergeneracional que supo sacarle partido al mentoring inverso: a través de su mentee, César pudo conocer las nuevas necesidades y motivaciones de los jóvenes profesionales, tomando consciencia de las nuevas dinámicas de relación que se están instaurando en el entorno empresarial; mientras que Daniel puedo obtener de manera directa inestimables consejos para gestionar emociones, detectar prioridades y desarrollar skills blandas.
Y es que el mentoring inverso es una relación dinámica muy potente que permite a las dos personas mejoran sus competencias personales, fomentan el aprendizaje bidireccional y reforzar la cultura inclusiva. A través de la apertura y la buena disposición del mentor y del mentee, es posible conjugar experiencia, trayectoria y visión de negocio con las nuevas maneras de comunicarse, de afrontar los desafíos y de comprometerse con un proyecto profesional.
Mentoring inverso: Una relación win-win entre César Romera y su mentee Daniel Rubio
En este apartado, compartimos la conversación con César Romera sobre lo que significa para él ser mentor del Programa Mentores CYD, en qué consiste el mentoring inverso, cuáles son los pilares para conseguirlo y porqué la mentorización es una experiencia enriquecedora tanto para los recién graduados como para los ejecutivos o directivos. Además, incluimos el testimonio de su mentee Daniel Rubio, actualmente viviendo y trabajando en Irlanda para Google Customer Solutions como Associate Account Strategist.
¿Qué te motivó a dedicar tu tiempo y espacio personal para acompañar a un joven estudiante?
César: Varios motivos. Creo que cuando tienes un puesto directivo en una empresa, dentro de tu responsabilidad y aparte de lo que es el día a día profesional tienes otras cuestiones. Si eres una persona consciente de que puedes aportar a una experiencia que ayude, pues generar valor en un joven con potencial forma parte de la responsabilidad directiva. Me gusta el tema de la mentorización y de empatizar con gente que tiene potencial: es muy importante poner en valor las experiencias de cada uno y creo que podemos ayudar mucho.
¿Cómo fue que decidiste aplicar al Programa Mentores CYD?
Daniel: La primera vez que vi el programa fue a través de la web de la universidad y me pareció una buena oportunidad porque en España se nos forma muy bien desde lo teórico pero a la hora de la verdad (cuando hay que hacerlo) no tenemos nada de experiencia práctica. A punto de graduarnos estábamos un poco perdidos con mis compañeros y no sabíamos ni qué hacer ni cómo llegar a dónde queríamos. En cambio, al tener un mentor como César consigues una guía no solo por su conocimiento sino por la experiencia en la industria y puedes aprender mucho de sus aciertos y errores.
¿Cómo fueron los encuentros entre vosotros?
César: Hemos tenido varios encuentros de manera distendida e informal para poder hablar con tiempo de calidad y con confianza. Una persona joven con potencial y futuro tiene más preguntas que respuestas en muchos temas vinculados al desarrollo profesional. Aunque es obvio que no existen las respuestas “Sí-No”, sí que es posible orientarlo en base a tu experiencia y brindarle más información.
Daniel: Con César fue muy curioso porque en la inauguración del Programa Mentores CYD 2019 él estuvo como ponente en la mesa redonda contando su experiencia profesional en el sector tecnológico y la verdad es que me parecía muy interesante porque yo quería tener una carrera similar. De entrada hubo mucho match profesional, pero luego cuando lo conocí a nivel personal me pareció aún más interesante saber cómo una persona directiva y con responsabilidad logra gestionar en su día a día los temas de stress, de desconexión, de disfrute con la familia y de fijar prioridades.
Creo que se refleja un poco la vuelta atrás de cuando ellos empezaron su carrera profesional y también tenían dudas, pudiendo ahora devolver un poquito de todo aquello interesante que han aprendido para que nosotros nos podamos enriquecer, aprendiendo de toda su experiencia.
¿Cómo se fijaron los objetivos de cada reunión? ¿Aplicaste cierta metodología?
César: Apliqué una metodología de valor y utilidad para el mentee. Primero me dediqué a entender en qué situación estaba, a qué aspiraba y le pedí que viniera con su currículum actualizado y con sus intereses profesionales. Él me contó de su formación, de lo que había hecho y lo que quería hacer en el futuro. En esa primera fase, él habló más y yo me dediqué a escuchar y recoger información. Luego, según sus objetivos orientamos la sesión para saber si estaba formado acorde a sus intereses, si tenía el networking adecuado o si debía abrir algún área personal o profesional para sus objetivos. A partir de ahí, los siguientes encuentros fueron de seguimiento al «road map» que habíamos hecho juntos.
Daniel: Respecto a cómo gestionábamos todos estos temas, la verdad es que lo planificábamos por adelantado pero a veces teníamos reuniones más informales como tomar un café y eran más improvisadas para que la conversación fluyera de manera natural. Al final, los consejos de cómo interactuar con otros equipos de trabajo o directivos no está en ninguna facultad ni en ningún libro; solo se aprende de la experiencia.
¿Podría decirse que la escucha activa es un pilar esencial en el mentoring?
César: La escucha activa es el pilar número 1: escuchar 100×100. Muchas veces con solo escuchar ayudas a la persona a que desarrolle, organice y estructure él mismo sus ideas. Al escuchar es cuando realmente puedes ayudar. Otra base es la transparencia y la honestidad en compartir tu experiencia: Hoy cuento con una trayectoria directiva pero he cometido muchos errores y al mentee puedo darle una imagen más humana, no solo exitosa.
Creo que ayuda el hecho de normalizar la relación y mostrarnos humanos porque sino se cree que un directivo lo ha hecho bien toda su vida. Además, también ayuda el saber que en esta vida lo importante siempre es levantarse e intentarlo continuamente. A veces tendremos éxito y a veces no, no pasa nada.
Daniel: Cualquier mentee es consciente del tiempo de los mentores y de lo ajetreados que están así como de que están haciendo un hueco en su agenda para hablar contigo. Al principio, es un poco chocante ser consciente de que quizá por la mañana están cerrando un acuerdo multinacional y por la tarde toman un café contigo, pero luego te das cuenta que es un programa basado en un diálogo y que compartes experiencias con dos niveles de vida entre alguien que ya lo ha vivido y alguien que recién está empezando.
Es una relación en la que se aprende de las dos partes y es enriquecedora para ambos. Los jóvenes también podemos aportar una visión diferente de las cosas y ver los retos o problemas con una perspectiva global. Hoy en día, la gente joven prioriza temas más sociales o de cambio climático y es interesante también traer esos debates o expectativas que tenemos como generación a los líderes de las empresas, siendo influyentes en su propio planning de negocio.
¿Cuáles son, a tu parecer, los valores necesarios para una buena relación e interacción de mentor-mentee?
César: Creo que cualquier persona puede convertirse en mentor, solo necesita tener empatía, entender al otro y escucharlo. Siempre he tenido el mismo mentor con la suerte de tenerlo dentro de la empresa en la que trabajo y me ha ayudado muchísimo porque es como cuando vas en un barco intentando esquivar los escollos: un mentor es una persona que lo ve todo desde arriba y te puede decir con lo que te vas a encontrar, dándote una visión más panorámica gracias a su experiencia.
Daniel: Es verdad que nosotros como mentees aprendemos un montón de los mentores pero ellos también aprenden de nosotros y obtienen una idea más cercana de una juventud que en breve llegará a las empresas. La base de la relación entre ambos tiene que ser la confianza y la honestidad para saber qué espera cada uno del programa.
¿Te viste reflejado en Daniel, tu mentee?
César: Por supuesto que sí, sobre todo en la curiosidad que tenía sobre cómo evolucionar su carrera profesional, con incertidumbres en el plano nacional e internacional. Daniel es una persona muy bien formada y seguro de lo que quiere; yo solo he ratificado que su plan era correcto y lo he consolidado. Además, los dos vivimos el hecho de hacer una carrera y luego derivar en una empresa tecnológica y replantearnos qué futuro queríamos. En IBM tuve muchas crisis en este sentido, porque yo hice ADE y todos mis compañeros entraron en temas financieros, de retail o ventas pero no relacionado a la tecnología.
A nivel aspiracional, ¿te has visto proyectado en César?
Daniel: Sí, una de las cosas más valiosas de nuestras charlas fue saber cómo es una semana de trabajo en la vida de César. Me pareció super interesante ver su calendario para saber qué estaba priorizando. Me llamó muchísimo la atención (y es algo que he aprendido de él y que pongo en marcha en mis tardes libres) el hecho de que que siempre dedicara un tiempo de la semana para su propio aprendizaje y que quisiera seguir prendiendo de manera constante porque al final en todas las industrias, y especialmente en la tecnológica, todo avanza tan rápido que tienes que estar al día. En su calendario tenía ciertas horas bloqueadas para no quedarse atrás y es algo que yo estoy aplicando en mi rutina diaria.
Si hablamos del mentoring inverso, ¿qué crees que te ha aportado Daniel desde la mirada actualizada de un joven?
César: Daniel me ha enseñado un montón de cosas, sobre todo entender las aspiraciones e inquietudes que tiene una persona recién licenciada, con potencial y que empieza en el mercado. El nivel de entusiasmo y de ilusión es contagioso, más aún con esa edad y en ese momento. Es muy bueno vivirlo y verlo: cada vez que quedaba con Daniel me gustaba un montón, él salía con un chute de energía y yo también.
¿Qué deben tener el mentor y el mentee para una buena interacción?
César: Desde el lado del mentor, la experiencia, el camino profesional, la transparencia, la implicación y dar tiempo de calidad para lograr una verdadera implicación con el mentee, en este caso con Daniel. Todo eso es muy útil así como interesarse, estar informado, conocer su background y las preocupaciones que tiene para entender mejor cómo puedes ayudarle.
Daniel: Poner sobre la mesa las expectativas que tiene cada uno así como lo que pueden aportar. Uno con sus años de experiencia y otros con las iniciativas de poder desarrollar ciertas habilidades para trabajar juntos en aquello que el mentor puede aportar y que el mentee puede mejorar. Es muchas veces el mentor quien se da cuenta lo que el mentee no está gestionando bien y el que provee de ciertos tips para ellos. En mi caso, César me compartió sus hábitos de meditación o de hacer yoga y hoy en día los aplicó aquí en Irlanda. Son cosas que no me esperaba desde un principio.
¿Crees que la mirada de un joven también aporta a alguien con trayectoria?
Daniel: Claro, es cierto que nosotros tenemos mucho más que aprender, pero siempre que he estado con César he intentado que no sea una relación unidireccional en la que yo sólo me beneficie y aprenda sino que también pueda darle a él algo de valor y que la relación sea recíproca, trayendo una nueva generación a su cabeza.
Hoy en día el éxito profesional no se mide por lo económico sino por impactar en otras personas y por conseguir un cambio social. Tenemos los mismos retos pero al ser dos generaciones distintas, los abordamos de manera diferente y las empresas pueden sacar partido de ello, preparándose para el cambio que viene de la mano de toda la gente joven que ahora mismo está terminando la universidad.
¿Recomendarías el Programa Mentores CYD no solo a mentee sino también a gerentes, directivos y CEOs?
César: En este programa el tiempo invertido es de calidad y enriquece a las dos partes; es muy alto el nivel de aprendizaje en esta relación de mentoring inverso: puede que el mentor de más valor por su experiencia pero hay un feedback y un intercambio muy potente que se recibe a cambio. Una hora de mentoring puede tener igual o más valor que una hora de formación o una reunión de departamentos, y es tan atractivo para un mentee como para un directivo.
Al día de hoy, con 50 años y 25 dentro de IBM, sigo teniendo mentoring y le doy muchísimo valor a esa especie de coaching que recibo. En la mentorización que imparto, nunca digo lo que la persona tiene que hacer ni le doy consejos pero sí ayudo a la persona a tener más información o más claridad para su toma de decisiones.
Daniel: En mi caso, me llamaba la atención leer testimonios de otros mentees y que todos destacaran lo mucho que les había aportado en su carrera. Es un programa que aporta mucho a los skills más blandos sobre cómo gestionar reuniones, priorizar asuntos personales ante el trabajo, llevar adelante una negociación, o cómo enfrentar un fracaso cuando todo depende de ti y algo no sale como lo esperas.
¿Podrías poner en palabras lo que es una una relación entre mentor y mentee?
César: Es una relación de confianza, una relación transparente, una relación fluida, una relación enriquecedora, una relación motivadora.
Daniel: El Programa Mentores CYD es enriquecedor, flexible y necesario. Es enriquecedor porque estamos en contacto todos los mentees para saber cómo se desarrolla cada uno, además de aportar todo aquello que puede ayudar a tener éxito en la carrera profesional a sabiendas de que no hay una receta pero sí es posible detectar aquellas aptitudes y habilidades que apuntan al éxito. Es flexible porque todo depende de la relación que tengas con el mentor y de las prioridades de cada uno. Es necesario porque todo este tipo de relaciones entre personas que se van a graduar y quienes tienen una carrera de éxito sólida ayuda a empezar un camino profesional de la mano de un ejecutivo con años de éxitos, pero también de fracasos.