La Fundación CYD ha publicado el estudio Mujer y universidad: ¿Qué factores influyen en la elección de sus estudios?, que recoge los resultados de una encuesta dirigida a 800 mujeres graduadas universitarias o que actualmente están estudiando en la universidad, y que pretende conocer qué factores influyen en la mujer a la hora de elegir su ámbito de estudios universitarios. Las conclusiones del estudio pueden ayudar a entender la sobrerrepresentación femenina en ámbitos como educación y salud y la infrarrepresentación en otros como informática o ingenierías. Y para reflexionar acerca de las conclusiones de este estudio organizamos una mesa redonda en la que contamos con la participación de Area Gago Gefaell, Global Director of International Labor Law and Mobility de Antolin, Alba Lirón León, graduada en Matemáticas y vocal del Consejo de Estudiantes Universitarios del Estado, Beatriz Miguel Hernández, rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena, y Nieves Segovia Bonet, presidenta de SEK Education Group. El debate fue moderado por Sònia Martínez Vivas, directora de la Fundación CYD.
Mujer y universidad CYDLa presencia de la mujer en los ámbitos de estudio se mantiene constante a lo largo de generaciones
Los ámbitos de estudio con más presencia de mujeres son educación (17%), artes, humanidades y lenguas (15%), salud y servicios sociales (14%) y negocios, administración y derecho (11%). Los que menor presencia tienen son agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (0,4%), matemáticas y estadística (1%), arquitectura y construcción (2%), informática y tecnología (3%) e ingenierías (4%). Esta distribución se mantiene constante en los diferentes grupos de edad: no hay una variación significativa entre lo que han estudiado las mayores de 64 años y las jóvenes de entre 18 y 24 años.
La gran mayoría de las encuestadas cree que las mujeres no están suficientemente representadas en las profesiones científicas y técnicas, pero considera que en los últimos años se ha avanzado mucho para mejorar la situación. Para Beatriz Miguel Hernández, rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena es necesario orientar más vocaciones hacia las STEM desde etapas previas:
“En las etapas iniciales de la educación necesitamos reforzar la enseñanza de las matemáticas, pues son la base del pensamiento lógico. Además, deberíamos recuperar las prácticas de ciencia y tecnología en los niveles educativos preuniversitarios y mostrar las capacidades que la ingeniería tiene para mejorar la sociedad. Hay una parte social de la ingeniería, que para las mujeres es importante, que no se resalta.”
Beatriz Miguel Hernández, rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena
La afinidad es la principal motivación para la elección de los estudios universitarios
La opción más seleccionada entre las principales motivaciones para la elección del ámbito de estudio es la afinidad por la materia (43%), seguida por la vocación (22%) y las buenas salidas laborales (19%). Esta última motivación tiene más peso para el grupo de encuestadas de entre 35 y 49 años (27%), mientras que entre las mayores (65 y más edad), hubo un mayor porcentaje que se guio por influencias del entorno (11% frente al 8% del total).
Un 45% de las encuestadas afirma que el contexto social y cultural no ha influido en la elección de los estudios. Un 30% se decantó por estudios que suelen ser útiles para la sociedad y un 18% por estudios que tienen prestigio y buena proyección económica. Solo un 3% contesta que optó por estudios con más presencia femenina, evitando carreras consideradas como más masculinas.
El 69% considera que hay sesgos de género, pero solo un 27% afirma haberse sentido influenciada por ellos
El 69% de las mujeres encuestadas considera que hay sesgos de género en el momento de escoger estudios universitarios. El 43% considera que a las mujeres se les orienta desde pequeñas hacia ámbitos de estudios como la educación, la salud o los servicios sociales, un 15% cree que las mujeres suelen descartar en mayor medida ámbitos más tecnológicos y técnicos y un 11% cree que las mujeres tienden a no considerarse suficientemente preparadas, por lo que optan por disciplinas más fáciles.
Por grupos de edad, las mujeres más jóvenes (18-24 años) son las que consideran que hay más sesgos de género (79%); a medida que avanza la edad disminuye esa percepción y en las mayores de 64 años ese porcentaje desciende al 59%. Alba Lirón León, graduada recientemente en Matemáticas y vocal de la CEUNE cree que las más jóvenes deben seguir denunciando situaciones en las que no haya equidad:
“Estamos mejor ahora, sí, pero nunca se debe dejar de denunciar. Espero que las personas que vengan detrás de mi sigan reivindicando, estamos donde estamos porque hace años un grupo de mujeres se planteó cosas y quiso cambiar la situación”.
Alba Lirón León, graduada en Matemáticas y vocal de la CEUNE
A pesar de que una amplia mayoría de las encuestadas considera que sí hay sesgos de género, solo un 27% de ellas considera haberse sentido influenciada por estos sesgos a la hora de escoger sus estudios universitarios, su profesión o ambas opciones. Por grupos de edad, las más jóvenes (18-24 años) se sienten más influenciadas (33%) que el grupo de mayor edad (19%).
La percepción sobre la equidad en la escuela mejora en las generaciones más jóvenes
En cuanto a la promoción de la diversidad de vocaciones desde la escuela, el 39% de las encuestadas cree que, en su época de estudiantes en el colegio, la escuela no promovía la diversidad de forma equitativa: niñas y niños recibían diferentes enfoques, basados en estereotipos de género, acerca de las profesiones que podían desarrollar. A mayor edad, y más años transcurridos desde la etapa escolar, mayor es la percepción de la orientación profesional basada en estereotipos de género (51% para mayores de 64 años, 26% para las jóvenes de 18 a 24 años). Nieves Segovia Bonet, presidenta de SEK Education Group, destaca la importante labor de los profesores y de la escuela para inspirar y promover vocaciones de forma equitativa.
«La escuela tiene muchos retos de transformación y no puede hacerlos sola. Lo que hace una escuela en toda una etapa, una red social o medio de comunicación puede tirarlo por la borda en segundos. Es necesaria la colaboración de las familias, los líderes de opinión, los medios de comunicación y las organizaciones. La alumna que dice “no se me da bien” es porque está expuesta a estereotipos, a mensajes, algunos visibles y no visibles, que transforman su forma de pensar y de apreciarse a sí misma».
Nieves Segovia Bonet, presidenta de SEK Education Group
4 de cada 10 graduadas considera que su puesto de trabajo se adecúa a su formación universitaria
Un 40% responde afirmativamente a la pregunta de si su puesto de trabajo actual es acorde a su formación.
Un 28% de las encuestadas actualmente no trabaja, siendo este porcentaje el mayoritario (debido al periodo de jubilación) en las de 65 y más edad, pero significativamente alto, con un 24%, en las mujeres entre 50 y 64 años. En este sentido, Area Gago Gefaell, Global Director of International Labor Law and Mobility en Antolin, destaca la gran aportación a la empresa de las mujeres mayores de 50 años:
“Tener a gente más mayor me parece un plus para las empresas, hay que pensar que tiene 35 años de experiencia, no que está cerca de la jubilación. Sí creo que hay una brecha de contratación a personas a partir de 55 años, hay un problema grande que debemos solucionar como sociedad”.
Area Gago Gefaell, Global Director of International Labor Law and Mobility en Antolin
La mayoría de las encuestadas (61%) volvería a escoger los mismos estudios o similares
En caso de volver a tener que elegir sus estudios, un 61% de las encuestadas escogería los mismos estudios o similares y solo un 4% optaría por otra formación que no fuera universitaria. Por segmentos de edad se perciben diferencias entre las opciones seleccionadas. Así, el 26% de las encuestadas entre 25 y 49 años cambiaría sus estudios por otros con más y mejores salidas laborales frente al 17% del total. Es en el grupo de edad de las encuestadas de 35 a 49 años donde hay una mayoría que no optaría por los mismos estudios universitarios (51% frente al 39% del total), y son las encuestadas de entre 25 y 34 años las que afirman con un mayor porcentaje (8%) que no volverían a cursar estudios universitarios (frente al 4% del total).
Origen social: en las últimas generaciones aumenta el porcentaje de mujeres que tienen madres con estudios universitarios
Si analizamos el origen familiar de las mujeres universitarias, la mayoría de las encuestadas (63%) afirma que sus progenitores no tienen estudios universitarios, mientras que para un 37% de ellas al menos uno de sus padres cursó estudios universitarios. Por grupos de edad, no es hasta el segmento de 18 a 24 años donde se invierte este escenario: el 28% tiene a ambos progenitores con estudios, el 19% a su madre y el 9% a su padre. En los grupos de encuestadas mayores de 34 años el porcentaje de padres con estudios es mayor que el de madres, siendo esta diferencia más pronunciada en el grupo de 65 y más edad, donde el porcentaje de padres con estudios universitarios es del 19% y el de madres es únicamente del 4%. El porcentaje de encuestadas cuyos progenitores no tienen estudios universitarios va disminuyendo conforme más jóvenes son: 44% para las de 18-24 años y 62% para las de 25-34 años, frente a más del 70% para las de 50 y más edad.
Metodología y ficha técnica
En este informe se presentan las principales conclusiones de una encuesta realizada a mujeres universitarias españolas (graduadas o que estén estudiando) con relación a aspectos como el ámbito al que pertenecen sus estudios, sus antecedentes familiares (si sus padres cursaron estudios universitarios), motivaciones y factores que determinaron su elección de estudios, y valoraciones sobre si existen sesgos de género a la hora de tomar esta decisión. Se analizan las respuestas para el total y diferenciando según los siguientes grupos de edad: 18 a 24 años, 25 a 34 años, 35 a 49 años, 50 a 64 años y 65 en adelante. El análisis demoscópico y la recogida de datos han sido realizados por Ipsos.
Mujer y universidad CYD