Desde su origen, la universidad ha adquirido un papel protagonista en el intercambio de ideas y la proyección del saber más allá de sus fronteras geográficas. La esencia de la internacionalización de las universidades es, ante todo, difundir y comunicar el conocimiento que se crea en el centro de la institución en pos de una apertura a otros escenarios y del enriquecimiento tanto personal como profesional tras interactuar con otras culturas.
La internacionalización de la educación superior, en tanto proceso que integra su dimensión internacional en los objetivos y funciones de enseñanza, aprendizaje, investigación y servicios, es un factor esencial de la necesaria reforma universitaria para mejorar la calidad y la eficiencia de las universidades españolas. Mediante esta perspectiva global, es posible enfocar la educación buscando avanzar hacia una sociedad y una economía del conocimiento que propicien un modelo de desarrollo y crecimiento más sólido y estable.
Si la internacionalización de las universidades españolas se concibe como una estrategia orientada a fortalecer su desempeño a corto y mediano plazo, en gran parte se debe a que el conocimiento, es decir la educación, la investigación y la innovación, se ha transformado en motor de crecimiento y prosperidad, dada su capacidad para crear valor económico y social en el marco de un nuevo modelo global de desarrollo basado en la inversión en capital humano y bienes intangibles.
La expansión del conocimiento y su consideración como un bien susceptible de intercambio implica, sin lugar a duda, una doble perspectiva: aquella que hace de la internacionalización de las universidades un compromiso ético en el que cobra un valor singular su cooperación con el resto de las culturas; y la que sitúa a las instituciones académicas en el centro de un servicio público que las convierte en agentes protagonistas e imprescindibles si se busca un crecimiento económico inteligente, integrador y sostenible.
En este entorno de globalización, apertura y exposición de la sociedad y economía española a la escena internacional surgen dos grandes retos que la universidad debe asumir en su triple misión de docencia, investigación y transferencia de conocimiento. En primer lugar, responder a la cada vez mayor demanda de personal cualificado, con capacidad para innovar y emprender, así como para desarrollar su trabajo a nivel global. En segunda instancia, no permanecer al margen de los esfuerzos que universidades de el mundo están haciendo por atraer talento, tanto estudiantes como profesores e investigadores, puesto que de ello dependen las oportunidades de participar en programas, proyectos y redes de cooperación internacional en educación, investigación e innovación.
La internacionalización de las universidades no se puede restringir a la movilidad de una minoría de alumnos, de profesores e investigadores, sino que necesita abarcar todas las actividades y a toda la comunidad universitaria. En este sentido, implica un proceso transversal ya que lo nacional y lo internacional son siempre complementarios, nunca excluyentes. Abrirse al mundo no es incompatible con el impacto en el territorio donde se ubican y con la vocación de incidir en el desarrollo de su entorno.
Por tanto, no es complejo darse cuenta que la internacionalización de las universidades no es un fin en sí mismo ni una tendencia de moda transitoria, sino la consecuencia de una competitividad global basada en el conocimiento, en la mundialización de la oferta educativa y en la preparación de los estudiantes para ser protagonistas de una sociedad compleja, dinámica y global, así como contribuir a su progreso social y económico.
Retos y estrategias de internacionalización de las universidades españolas
En Fundación CYD sabemos que la universidad nace fiel a una vocación universal desde la que contemplar y cooperar con el mundo. Tratar en este artículo la internacionalización de las universidades nos recuerda que el reto de la institución va más allá de la mera movilidad de estudiantes y de la firma de acuerdos internacionales. Igual de prioritario es contribuir a incrementar el atractivo y la competitividad de España en un contexto de pugna global por el talento (estudiantes, profesores, investigadores, profesionales, emprendedores) y por las inversiones relacionadas con el conocimiento.
Las universidades e instituciones de educación superior pueden (y deben) convertirse en imanes capaces de atraer capital y talento ligado al conocimiento y por tanto, se debe poner atención al modo en que la internacionalización contribuye a la mejora de la educación, el aprendizaje, la investigación, la innovación, el desarrollo socioeconómico regional y la dimensión social de las universidades, contribuyendo a la resolución de los retos globales de la sociedad moderna.
Si las políticas universitarias logran introducir cambios estructurales que enfrenten y superen los obstáculos aún existentes, tales como la rigidez en los procesos internos de toma de decisiones, la falta de financiación y las trabas administrativas que impiden la autonomía en los cambios ágiles necesarios para afrontar la mundialización y el intercambio del conocimiento, será posible mejorar nuestro posicionamiento en un entorno de competencia global.
¿Cuáles son los ámbitos de conocimiento que destacan en internacionalización?
Sin duda, la internacionalización es un proceso que genera oportunidades a la universidad. De hecho, se trata de una herramienta que potencia la competitividad de la universidad en el entorno nacional y en el ámbito internacional. Favorece la carrera profesional de profesores e investigadores, lo que incrementa la calidad de la docencia y la investigación, así como el margen comparativo para la captación de fondos. Por consiguiente, sus efectos se manifiestan en las posibilidades del alumnado para trabajar en un mundo global e intercultural y en un aumento de la reputación y la visibilidad internacional de la universidad.
En este sentido, el Ranking CYD nos ha servido como herramienta para medir la calidad del sistema universitario español y detectar entre las cinco dimensiones (enseñanza y aprendizaje, investigación, transferencia de conocimiento, orientación internacional y contribución al desarrollo regional) qué ámbitos de conocimiento de la 5º edición son los que destacan en los indicadores de internacionalización de las universidades.
Así, Ciencias Políticas, incluido por primera vez en la edición 2018 del Ranking CYD mediante la agrupación de titulaciones de grado y máster que comparten características similares en términos de objeto de estudio y de orientación profesional, es el ámbito de conocimiento que destaca en la media de resultados de los indicadores de orientación internacional.
Para este análisis, hemos incluido 8 indicadores de la dimensión orientación internacional:
- Asignaturas obligatorias en idioma extranjero: Ratio entre el número de asignaturas obligatorias ofrecidas en un idioma extranjero y el total del programa de grado.
- Estudiantes internacionales (indicadores grado y máster): Ratio entre el número de estudiantes matriculados (en programas de grado o máster) cuya residencia familiar se sitúa fuera de España y el número total de matriculados (de grado o de máster).
- Movilidad de estudiantes (máster): Ratio entre el número de estudiantes en programas de intercambio con el extranjero (enviados y atraídos) y el total de matriculados.
- Profesorado extranjero: Ratio entre el personal docente e investigador con otra nacionalidad diferente a la española y el total de PDI.
- Tesis doctorales internacionales: Porcentaje de tesis leídas por estudiantes extranjeros.
- Publicaciones internacionales: Porcentaje de las publicaciones de la universidad en las que al menos un autor tiene una filiación en otro país.
- Fondos internacionales de investigación: Porcentaje de fondos externos para investigación provenientes de fuentes internacionales.
Los datos que reunimos para este análisis son un promedio de los resultados obtenidos por las universidades en cada indicador de la dimensión orientación internacional en cada ámbito de conocimiento. En sintonía con los retos y desafíos del apartado anterior y que aún tiene pendientes el sistema universitario español, nos parece importante mencionar que, en líneas generales, las deducciones no son para nada sobresalientes, ya que del 100% del indicador (representado numéricamente por un 1 y por tanto refiriendo a una totalidad deseada) ninguno llega siquiera a la mitad del valor (0,5).
Pese a ello, Ciencias Políticas, es el ámbito de conocimiento que más destaca por sus valores promedios. Al hacer una media entre todas las universidades que imparten esta titulación, podemos puntualizar los siguientes valores por indicador: 0,209 asignaturas obligatorias en idioma extranjero; 0,019 estudiantes internacionales de grado; 0,292 estudiantes internacionales de máster; 0,031 movilidad de estudiantes de máster; 0,066 profesorado extranjero; 0,43 tesis doctorales internacionales y 0,233 fondo internacionales de investigación.
A falta de observaciones, ya que solo hay datos de 6 universidades, carece de validez analizar el indicador publicaciones internacionales para este ámbito de conocimiento. En su lugar, podemos nombrar Farmacia, Psicología, Medicina y Odontología con valores de entre 0,4 y 0,3.
A su vez, cabe mencionar que en el indicador estudiantes internacionales de grado, Odontología destaca pero con apenas 0,194 si se la compara con Educación 0,001, Enfermería 0,002 o Trabajo Social 0,003. Recordemos que, en este indicador, Ciencias Políticas solo alcanza el 0,019.
En el indicador que Ciencias Políticas tampoco destaca es el de fondos internacionales de investigación, ya que con 0,233 queda por debajo de Odontología (0,399), Sociología (0,352), Psicología (0,271) y Trabajo Social (0,254).
¿Qué decir respecto a la internacionalización de las universidades españolas? Carlos III de Madrid, Ramón Llull, Salamanca, Pompeu Fabra, Nebrija, Europea de Madrid y Autónoma de Barcelona son las 7 universidades, ordenadas por tipo de rendimiento, que destacan en este aspecto.
En detalle, Carlos III de Madrid tiene 5 indicadores de alto rendimiento, 2 de rendimiento intermedio y 1 de bajo rendimiento, Ramón Llull 4-3-1, Salamanca 4-2-2, Pompeu Fabra 4-2-0, Nebrija 4-1-3, Europea de Madrid 4 y Autónoma de Barcelona 3-4-1.
También, es posible hacer un análisis institucional según el volumen de matriculados en la universidad (suma de matriculados de grado, máster, ciclos y doctorado en el curso 2015-16) y notar cómo los resultados varían ya que, agrupadas en universidades con más 20.000 inscritos, Salamanca, Autónoma de Barcelona, Autónoma de Madrid y Complutense de Madrid son (en ese orden) las que poseen indicadores de mayor rendimiento.
Respecto a las universidades de rango medio en función de los matriculados (de 10.000 a 20.000) destacan la Carlos III de Madrid, Ramón Llull, Pompeu Fabra y Europea de Madrid (tendencia que se corresponde con los resultados globales por universidades españolas), en tanto las instituciones con menos de 10.000 matriculados que destacan son la de Nebrija, Francisco de Vitoria, Cardenal Herrera-CEU y Burgos.
La internacionalización como respuesta a las nuevas exigencias sociales
Al utilizar el Ranking CYD como instrumento de comparación no solo entre ámbitos de conocimiento sino también a nivel institucional, el llamado es muy claro: apostar por una universidad que facilite y apoye la colaboración internacional, a la par que la movilidad de su personal y de sus estudiantes para que puedan competir con más eficacia en el mercado global y atraer estudiantes e investigadores de alto nivel. En sintonía, obtener fondos de investigación y financiación de programas internacionales y dotar a sus estudiantes de un necesario bagaje lingüístico, cultural y formativo-vivencial que les permita enfrentarse a los retos de la sociedad actual globalizada con mayor garantía de éxito.