La principal característica del mercado laboral en España es su comportamiento excepcionalmente procíclico, tanto en términos de empleo como sobre todo de paro. La Covid-19 lo ha confirmado una vez más: la crisis del coronavirus introdujo al mercado de trabajo en una zona de fuertes turbulencias y de borrasca laboral, aumentando las cifras de destrucción del empleo y los altos índices de desempleo.
Estas turbulencias tienen una incidencia directa en la compleja, cambiante y volátil relación entre los universitarios y el mercado de trabajo ya que se necesitan profesionales cada vez más competentes y flexibles ante los cambios y demandas del mercado laboral en España, para luego desempeñarse en puestos de trabajo que exigen una menor cualificación de la que supuestamente dispone el titulado a consecuencia de sus estudios.
El fenómeno no es nuevo: se sigue produciendo un desajuste entre la demanda de puestos de trabajo de alta cualificación, generalmente realizada por los graduados superiores, y las vacantes para dichos puestos que ofrecen las empresas que, de manera general, es siempre menor y se traduce, por un lado, en parados con estudios superiores y, por el otro, en empleo no encajado (personas con un nivel elevado de estudios que acaban ocupando puestos que no son de alta cualificación).
Un año más, si se analiza esta situación en perspectiva europea, y aunque los datos hayan mejorado, España es el país de la UE-27 con más sobrecualificación. A su vez, somos de los países con menos porcentaje de ocupados de alta cualificación.
Datos actuales de los graduados universitarios y el mercado laboral en España
Para profundizar en la relación vigente entre universitarios y el mercado laboral en España, desglosamos el capítulo 2 del Informe CYD 2020 según 4 apartados.
En el primero atendemos la situación actual y evolución reciente así como las características principales de los egresados en el sistema universitario español, los resultados del desempeño académico de los titulados en grado y máster y una breve comparación de los graduados españoles en comparativa internacional. En el segundo apartado, analizamos los resultados de la población con estudios superiores en el mercado laboral en España; examen que realizamos comparando nuestro país con la Unión Europea. En el tercero, nos ocupamos de la oferta y demanda de empleo en ocupaciones de alta cualificación, el desajuste que se produce entre ambas, y los niveles de sobrecualificación registrados en España. En el último apartado, detallamos las condiciones de inserción laboral de los graduados superiores y su nivel de formación permanente.
Egresados universitarios
Tomando como referencia el curso 2019-2020, las universidades españolas concentran 208.345 graduados en titulaciones de grado y 127.388 en las de máster oficial. Ambas cifras suponen un notable incremento respecto al curso precedente (10% y 11,4%, respectivamente). Como ha sucedido en los últimos cursos, el incremento es superior en las universidades privadas que en las públicas, de tal manera que las privadas representan el 17,4% de los titulados en grado y el 43,2% de los del máster (en máster, más de la mitad de los de las privadas egresan de universidades no presenciales).
En cuanto al perfil de los egresados, casi el 60% son mujeres, el 70% de los de grado no han cumplido los 25 años y casi el 40% de los de máster tienen entre 25 y 30, mientras que los de de nacionalidad extranjera representan sólo un 4,4% en grado, pero el 23,4% en máster.
El 36,2% de los que entraron en un grado de cuatro años en el curso 2015-2016 lograron titularse cuando tocaba, en 2018-2019 (tasa de idoneidad). El 50,2% de los que entraron en 2014-2015 ya se habían graduado en 2018-2019, es decir, en el tiempo teórico más un curso adicional como máximo (tasa de graduación). La tasa de idoneidad y de graduación en los másteres oficiales de un año han sido muy superiores, del 72,3% y 83,9%, respectivamente.
El desempeño académico de las mujeres tituladas es claramente superior al de los hombres, más aún en el grado: casi el 45% de ellas se gradúa cuando toca y 6 de cada 10 en el tiempo estipulado más un curso adicional, como máximo, frente al 26,3% y 39,8% de ellos. Por tipo de universidad, es en las universidades privadas presenciales donde se obtienen las tasas de idoneidad y graduación más elevadas: en grados de 4 años, 50,9% y 63,9%, respectivamente, frente a los datos en las públicas presenciales del 36,2% y 50,9%. Salud y educación son los dos ámbitos con unas tasas de idoneidad y graduación más elevadas en grado e ingenierías e informática están en el otro extremo.
El porcentaje de mujeres en el total de egresados universitarios (suma de titulados en grado, máster oficial y doctorado) y el de menores de 25 años han sido mayores en España que en la UE-27 (58,5% frente a 57,7% en el primer caso y 54,6% frente a 49,8% en el segundo).
Educación y salud registran en nuestro país un peso relativo superior entre los egresados que el que se da en la UE-27, especialmente educación ya que la proporción española es la segunda más elevada de los 27. Los ámbitos STEM son el lado opuesto (19,9% España y 25,8% UE-27), y, en concreto, en las tecnologías de la información y comunicación (TIC) la proporción española es la cuarta más reducida de los 27. Por su parte, la participación relativa de las mujeres entre los egresados STEM es superior en España que en la UE-27 (36,3% frente a 34,1%), aunque esto se debe a las ingenierías (31,8% frente a 28,6%) y no a las TIC (15,9%, cuarto valor más reducido de los 27 países de la UE).
Cabe aclarar que la ratio entre graduados universitarios en áreas STEM y población de 20 a 29 años se ha reducido en España en el periodo 2013-2019 mientras que ha crecido en la Unión Europea y sus principales países.
Resultados de la población con estudios superiores en el mercado laboral en España
Considerando el año 2020, el 39,7% de la población española de 25 a 64 años se encuentra en posesión de una titulación de nivel superior, 5,5 puntos porcentuales por encima del dato de la UE-27. En cambio, el 37,1% solo tiene estudios obligatorios como máximo, casi 16 puntos más que la UE y apenas el 23% es graduado en Bachillerato o Formación Profesional de grado medio, el menor porcentaje de los 27 países (en torno al 45% en la UE).
La tasa de actividad y empleo es mayor cuanto más formada está la población y la tasa de paro, menor. En comparación con el conjunto de la población de 25 a 64 años, la tasa de actividad de los graduados superiores españoles es un 10,5% mayor y la tasa de empleo un 16,4% superior, mientras que la tasa de paro es un 32,4% inferior.
La tasa de actividad de los graduados superiores en España es del 88,4% frente al 89,5% de la UE-27. La tasa de empleo, del 79,9%, es la segunda más reducida de los 27 países, a más de 5 puntos del dato para la UE (85,6%). La tasa de paro, del 9,5%, es la segunda más elevada, siendo más del doble que la europea, 4,4%.
Respecto a 2019, la tasa de empleo ha disminuido 2 puntos porcentuales y la de paro aumentado 1,5 puntos como producto de la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid-19 (España estuvo entre los 3 países de la UE con variaciones más acusadas). A pesar de la caída récord del producto interior bruto español (-10,8%), el impacto de la crisis económica en el mercado laboral en España durante 2020 no ha sido tan elevado como cabría esperar. La causa hay que buscarla en las medidas adoptadas para mitigarlo como, por ejemplo, el uso generalizado de los ERTE. El menor impacto relativo en el mercado laboral de los graduados superiores se debe igualmente a la mayor posibilidad de implementar el teletrabajo en ocupaciones de alta cualificación, las que en mayor medida ocupan estos graduados.
Cabe recordar que cuanto más nivel de formación tiene la población, mejores son sus condiciones de empleo, en el sentido de menor proporción trabajando a tiempo parcial o, de los que trabajan por cuenta ajena, menor proporción trabajando como contratado temporal. También obtienen mayores ingresos por el trabajo desempeñado.
Respecto al conjunto de la población de 25 a 64 años, la tasa de temporalidad de los graduados superiores ha sido en 2020 un 10,9% inferior y la proporción de trabajadores a tiempo parcial, un 14,8% más reducida. La tasa de temporalidad para los graduados superiores españoles ha sido en 2020 del 19,5%, la mayor de los 27 países de la UE y casi el doble que la del conjunto de la UE (10,3%). El porcentaje de graduados superiores trabajando a tiempo parcial en España, del 10,8%, ha sido más de 4 puntos inferior al dato de la UE-27.
Con datos del Education at a Glance de la OCDE, las ganancias de un titulado en España en grado son un 42% más elevadas que las de alguien con estudios postobligatorios no terciarios y la de un graduado en máster y doctorado, un 74% superior. En comparación con la OCDE, esta prima salarial es muy parecida en grado pero inferior en máster y doctorado (89%).
Analizando el 2020, algo más de la mitad de la población de 25 a 64 años del País Vasco y Madrid tiene una titulación de nivel superior (Navarra sigue de cerca con un porcentaje del 48,4%). En el otro extremo, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura (menos de 1 de cada 3 con ese nivel de estudios).
Cataluña, País Vasco, Navarra y La Rioja muestran tanto las tasas de empleo más elevadas en 2020 para los graduados superiores como las tasas de paro más reducidas. En el extremo opuesto están Canarias, especialmente, Andalucía y Comunidad Valenciana.
Oferta y demanda de empleo de alta cualificación
En 2020, las nuevas altas de puestos de trabajo ofrecidos para gestión en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se han reducido muy intensamente (22,6%) mientras que las nuevas altas de demanda de puestos de trabajo se han incrementado de manera aún más notable, un 31,1%.
Diferenciando entre alta y baja cualificación, las nuevas altas de puestos de trabajo de alta cualificación han caído un 36,4% y las nuevas altas de demanda de dichos puestos se han incrementado un 38,6%. Ello supuso que el desajuste relativo entre oferta y demanda de empleo de alta cualificación aumentara en 2020. Sin embargo, por subgrupos de alta cualificación, destaca el descenso del nivel de desajuste relativo de los profesionales de la salud y los técnicos sanitarios, así como los profesionales de enseñanza no universitaria. Ello concuerda con los sectores con más necesidad de refuerzo en el año 2020, derivada de la crisis provocada por la pandemia sanitaria.
En 2020, el 32,3% de los contratos de trabajo firmados con graduados universitarios han sido para que ocuparan un puesto de baja cualificación. El nivel de sobrecualificación así entendido ha descendido más de dos puntos porcentuales respecto a 2019. La redistribución de los contratos firmados a favor de las ocupaciones de más alta cualificación y en detrimento de las de baja se debe en parte a la pandemia (por ejemplo, la bajada en el grupo de dependientes de tiendas, restauración y similar, particularmente afectado por las restricciones de movilidad que se tomaron a causa de la crisis sanitaria).
Un año más, España es el país de la UE-27 con más sobrecualificación, en el sentido de registrar el menor porcentaje de ocupados graduados superiores trabajando en puestos de alta cualificación, el 63,9%, frente al 76,5% de la UE. Respecto a 2019, el dato español ha mejorado ocho décimas (63,1% entonces). Que un porcentaje tan elevado de ocupados graduados superiores en España se tengan que emplear en ocupaciones que no son de alta cualificación se debe en gran parte al bajo porcentaje de ocupados de alta cualificación de España (35%, el cuarto valor más reducido de los 27 y a siete puntos del dato de la UE-27).
Inserción laboral de los graduados superiores y la formación permanente
Según los resultados de la Encuesta de Inserción Laboral de Titulados Universitarios del Instituto Nacional de Estadística (INE), sobre la situación en el año 2019 de los egresados en el curso 2013-2014 en las universidades españolas, el 86,1% de los titulados en grado estaba trabajando, mientras que el 7,5% estaba desempleado y era inactivo el restante 6,4%.
Centrándonos en los titulados de grado que trabajaban en 2019, en cuanto a la situación profesional, un 58,9% eran asalariados indefinidos, un 27% asalariados temporales, mientras que el 8,7% trabajaba por cuenta propia. En cuanto al tipo de jornada, el 86,2% trabajaban a tiempo completo y el 13,8% restante, a tiempo parcial. En torno a una quinta parte estaba sobrecualificado, es decir, trabajando en puestos no acordes con su nivel de formación; mientras que casi una cuarta parte trabajaba en un área diferente a la de sus estudios universitarios. Respecto al sueldo mensual neto percibido, aproximadamente el 30% cobraba entre 1.000 y 1.499 €, el 31% entre 1.500 y 1.999 y el 23%, 2.000 € y más.
Los resultados de inserción laboral de los egresados en grado en universidades privadas superaban a los de las públicas. Atendiendo a los que trabajan, los de las privadas estaban en torno a 9-10 puntos menos sobrecualificados que los de las públicas y algo más de 6 puntos porcentuales mejor encajados por área de estudios. El sueldo mensual neto percibido también era superior: el 67,2% cobraba 1.500 € y más (29% a partir de 2.000€) frente a los porcentajes respectivos del 51,7% y 22,1% de las públicas.
Comparando a hombres y mujeres, los resultados son peores para ellas. Las diferencias más abultadas se dan en el porcentaje de contratados temporales (casi 32% frente al poco más del 20% de ellos) y trabajando a tiempo parcial (17,5% frente al 8,7% de los hombres). También existen diferencias sustanciales en el sueldo percibido: considerando el empleo a tiempo completo, el 68,1% de ellos cobra a partir de 1.500 € netos al mes, frente al 56,4% de ellas (35,3% frente a 19,6% si se consideran sueldos de 2.000 € y más).
Por ramas de enseñanza, ingeniería y arquitectura y ciencias de la salud destacan como las que registran unos resultados de inserción laboral más positivos (por ámbitos, matemáticas y estadística, ingeniería y profesiones afines, informática y medicina). En el otro extremo están en la mayoría de los indicadores los graduados de artes y humanidades. En un segundo escalón se encuentran técnicas audiovisuales y medios de comunicación, psicología, actividades físicas y deportivas, viajes, turismo y ocio.
Durante 2020, según la Labour Force Survey de Eurostat, el 11% de la población adulta española, de 25 a 64 años, ha realizado actividades de formación permanente. Respecto al año precedente supone un avance de casi medio punto porcentual, y coloca al dato español por encima del de la UE-27. Por edad, cuanto más jóvenes, en más proporción se realiza actividades de formación permanente; por género, las mujeres siguen en mayor medida estas actividades que los hombres; mientras que, por situación laboral, son los parados los que más se forman.
Para más detalles de cada uno de estos 4 apartados que muestran la relación entre graduados universitarios y el mercado laboral en España, puedes descargar el capítulo 2 del Informe CYD 2020.