Fundación CYD | Hacia un espacio europeo de educación superior flexible e inclusivo

Innovador, flexible e inclusivo: hacia el Espacio Europeo de Educación Superior

Universidades Europeas y Espacio Europeo de Educación Superior

La sociedad europea necesita la contribución de las universidades para hacer frente a grandes retos como el cambio climático, la digitalización, el envejecimiento de la población (y del talento) y el impacto de la crisis sanitaria con sus consecuencias económicas. Las instituciones educativas se encuentran en el centro neurálgico de la formación, la investigación y la transferencia de conocimiento, y tienen una función esencial a la hora de configurar economías sostenibles y resilientes y hacer que la Unión Europea sea más ecológica, inclusiva e innovadora. Ante ello, la iniciativa Universidades Europeas pretende construir un Espacio Europeo de Educación Superior de aquí a 2025 para estimular una transformación bajo los estándares de inclusividad y competitividad internacional.

Tan solo un repaso rápido. En el año 2017, la Comisión Europea aprobó el Libro Blanco sobre el futuro de Europa en el que los jefes de Estado y de Gobierno constataron la “necesidad de una unión en la que los jóvenes reciban la mejor educación y formación, además de poder estudiar y encontrar trabajo en todo el continente”. Este compromiso llevó a que en la Cumbre Social de Gotemburgo se fijara como primer principio “el derecho de toda persona a una educación permanente, inclusiva y de calidad”. Así las cosas, los líderes consolidaron su voluntad de ir más allá en la cooperación y acordaron reforzar en toda la Unión Europea las asociaciones estratégicas entre instituciones de enseñanza superior, promoviendo la constitución para 2024 de una veintena de Universidades Europeas, que serían redes de universidades de toda la UE para permitir a los estudiantes graduarse combinando periodos de estudio en varios países.

Bajo este contexto, el pasado 24 de febrero realizamos un Debate CYD para El 24 de febrero debatimos sobre la iniciativa Universidades Europeas, promovida con el objetivo de crear un Espacio Europeo de Educación Superior y cohesionar a Europa a través del conocimiento. Aquí las declaraciones de los 5 ponentes. El foro se centró en las declaraciones de 5 ponentes para conocer algunas de las alianzas que ya llevan un recorrido activo y profundizar en sus actuaciones, enfoques y objetivos, además de analizar las ventajas estratégicas y competitivas que esta iniciativa supone.

En concreto, Alfonso Gentil (director del SEPIE), Dorothy Kelly (vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Granada y coordinadora de la Alianza Arqus), Matilde Sánchez (vicerrectora de Internacionalización y Universidad Europea de la Universidad Carlos III de Madrid, YUFE), Fernando Tapia (vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la Universidad del País Vasco y responsable de la Universidad Europea Enlight) y José-Lorenzo Vallés (Jefe de Unidad de Educación Superior Europea en la Agencia Ejecutiva Europea de Educación y Cultura) pusieron en valor los pasos dados por parte de la Comisión Europea, de las universidades (españolas y europeas) y de los Estados miembros para afrontar los retos globales.

El Espacio Europeo de Educación Superior como punto de partida

Las palabras inaugurales del Debate CYD “Universidades Europeas: hacia una mayor competitividad internacional” estuvieron a cargo de Sònia Martínez Vivas, directora gerente de Fundación CYD, quien además de agradecer la participación de los ponentes y de los asistentes de este encuentro online, reconoció que la internacionalización del sistema universitario español es un factor clave y que, para ello, apostar aún más por esta iniciativa estratégica permitirá construir puentes de cooperación en materia de educación superior. 

La iniciativa Universidades Europeas tiene como finalidad la creación de campus interuniversitarios europeos y de alianzas cada vez más sólidas que tengan la viabilidad de matricular estudiantes y contratar personal docente e investigador de manera conjunta, así como también propiciar que haya una movilidad equilibrada de las personas dentro de las alianzas en pos de la circulación del conocimiento, la educación y la investigación. 

Para Alfonso Gentil (director del SEPIE), es un proyecto muy relevante para España al fomentar las redes formativas y educativas con otros Estados miembros, así como también “es una alternativa que mejora en todos los niveles a las universidades europeas ya que contribuye al compromiso de las instituciones para garantizar que todas las personas tengan una educación, formación y aprendizaje permanente, inclusivo y de calidad”. 

“La iniciativa mejora la creación del conocimiento compartido y es una oportunidad única para nuestras universidades. Gracias a ella vamos a conseguir que muchas universidades puedan modernizarse más y contribuir al desarrollo de los territorios en los que se ubican. A nivel universidad, estratégicamente supone un salto en atractividad y excelencia, mejorando los campus universitarios ya que se abren a la colaboración con centros de otros países europeos, lo cual potencia el Espacio Europeo de Educación Superior”.Alfonso Gentil (SEPIE)

En segundo lugar, Matilde Sánchez (vicerrectora de Internacionalización y Universidad Europea de la Universidad Carlos III de Madrid) se refirió al planteamiento inicial con el que nació la alianza YUFE en 2018: mejorar el posicionamiento internacional y la visibilidad de la UC3M, así como afianzar las relaciones con los socios, llevándolas a otro nivel más sólido y atraer talento internacional (estudiantes y personal). “Lo que inicialmente fue una tarea complementaria a la parte de internacionalización de estudios y de atracción de talento se terminó convirtiendo en eje central de la actividad internacional”, reconoció.

“La clave de esta iniciativa es permitir que los estudiantes puedan estudiar y trabajar, tener experiencias formativas de distintos niveles y en diversos países, todo con un objetivo común que es establecer a la alianza como eje educativo. Como ventaja, a los estudiantes se les ofrece una formación en entornos multiculturales, multilingüísticos y con capacidad posterior de trabajar en distintos contextos”.Matilde Sánchez (UC3M-YUFE)

Fernando Tapia (UPV-Enlight): Iniciativa universidades europeas

Por su parte, Fernando Tapia (vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la Universidad del País Vasco y responsable de la Universidad Europea Enlight) se refirió al impacto de la pandemia en la movilidad universitaria: “En nuestra universidad la movilidad internacional estaba apenas desarrollada y se limitaba a colaboraciones entre universidades que se conocían, compartían alguna actividad docente o tenían asignaturas similares. La pandemia nos obligó a avanzar en la no presencialidad de un día para otro y a ser expertos en impartición de docencia mediante plataformas de videoconferencia, acostumbrando a nuestro alumnado a dicha modalidad. Ahora todos estamos más preparados para la movilidad virtual y la consideramos una medida de inclusión, ya que permite acercar la experiencia al alumnado que por diferentes motivos tiene dificultades para una movilidad presencial”. 

“Estas alianzas ofrecen programas formativos innovadores que potencian itinerarios de educación flexibles con un aprendizaje basado en retos así como la transdisciplinariedad de las competencias y habilidades, poniendo a la equidad y a la igualdad como principios de la educación superior, favoreciendo la movilidad física y virtual. Las alianzas no solo conectan a las universidades sino a las universidades con sus ecosistemas y entornos socioeconómicos, favoreciendo la interacción constante con diversos actores regionales y locales, produciéndose un alto nivel de permeabilidad entre la universidad y el tejido socioeconómico. Todo ello redunda, evidentemente, en una mejor empleabilidad de los estudiantes que participan en estos programas formativos”.Fernando Tapia (UPV-Enlight)

En este sentido, Dorothy Kelly (vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Granada y coordinadora de la alianza Arqus) también recalcó el valor de la inclusión que persigue la iniciativa Universidades Europeas: “Es una oportunidad para avanzar hacia una transformación estructural y sistémica, no sólo para mejorar la competitividad sino para fomentar verdaderos cambios en las universidades. La pandemia nos ha enseñado que sí podemos lograr una interacción inclusiva y que la cooperación multilateral es mucho más rica que la bilateral, siendo capaces las personas de interactuar de otras formas más allá del intercambio físico”. 

“Cuando pensamos en movilidad lo hacemos en relación a los estudiantes mientras que si vemos el impacto y el efecto multiplicador de las movilidades es mucho mayor cuando se desplazan los docentes e investigadores. El ciclo doctoral es clave ya que hace de puente entre la docencia y la investigación, y es el momento en el que los futuros investigadores y científicos van creando sus propias redes de actividad científica. La movilidad de los jóvenes investigadores es super importante para que puedan compartir una experiencia y un conocimiento dinámico; todo ello con la convicción de que es la forma de potenciar redes de cooperación estables en investigación”.Dorothy Kelly (UGR-Arqus)

Respecto a las oportunidades que esta iniciativa supone, José-Lorenzo Vallés (jefe de unidad de Educación Superior Europea en la Agencia Ejecutiva Europea de Educación y Cultura) reconoció que hay ventajas claras como la posibilidad de que los estudiantes puedan elegir sus estudios sin importar las fronteras, teniendo la posibilidad de realizar estudios transnacionales, cursar materias en diferentes países y recibir una titulación final con sello europeo para presentarse al mercado laboral con una calidad garantizada por una alianza transnacional.

“Para las universidades es una oportunidad para conseguir cooperación, mayor excelencia y atractividad de los estudiantes con nuevas titulaciones y estudios enfocados en los retos globales; todo ello aprovechando la diversidad y multidisciplinariedad para una mayor competitividad global. A nivel europeo, es muy importante para contribuir a la dimensión de identidad y que las universidades puedan modernizarse, ayudar a la sociedad a construir la economía del conocimiento y ser líderes con unos valores europeos que permitan avanzar hacia una transformación verde, digital y vanguardista”.José-Lorenzo Vallés (Agencia Ejecutiva Europea de Educación y Cultura)

La iniciativa Universidades Europeas y sus efectos en España y en Europa

El siguiente módulo del debate se centró en compartir el recorrido activo que llevan las alianzas Arqus, Enlight y YUFE, así como en profundizar no solo en sus actuaciones y enfoques sino en los aportes que esta iniciativa supone supone tanto a nivel europeo, como español e individualmente para cada universidad. En este sentido, José-Lorenzo enfatizó en que “tenemos que ver con optimismo la participación de las universidades españolas en esta iniciativa, algunas como coordinadoras y otras como miembros de las alianzas. La idea de la Comisión Europea es que cada consorcio se fundamente en las estrategias de las universidades que forman cada una de las alianzas, respetando la autonomía y la libertad académica”.

Alfonso Gentil (SEPIE): Espacio Europeo de Educación Superior

Para Alfonso Genti, cualquier propuesta de internacionalización contribuye a la mejora del territorio y de la empleabilidad. Según su opinión, la iniciativa Universidades Europeas lo que hace es circular en mayor medida la interacción entre las universidades participantes, estando las españolas presentes en 24 de los consorcios y liderando 5 comisiones. “Si hablamos de estudiar un grado completo en España, es cierto que los números no son los mejores. Sin embargo, destacar que España es número 1 en recibir estudiantes en el ámbito de Erasmus+ dentro de la educación superior, con más de 50 mil estudiantes al año. No podemos comparar a las universidades españolas en términos de tamaño con otras instituciones a nivel mundial, pero sí tenemos que saber que estamos entre las mejores en términos de conocimiento y calidad”, diferenció el director del SEPIE.

En común acuerdo, Dorothy Kelly diferenció las posiciones individuales de las universidades (viéndose afectadas las españolas por cuestiones de tamaños y de financiación) y la calidad del sistema en términos generales: “El de España es un sistema que se sitúa bien en los rankings internacionales y eso es importante al momento de fomentar nuestro atractivo. La madurez de la internacionalización de las universidades españolas nos ha permitido estar tan presentes en esta iniciativa de universidades españolas, con 24 universidades participantes y 5 coordinaciones; una muestra no solo de las ganas sino de la madurez y de la participación activa”, remarcó la vicerrectora de internacionalización de la Universidad de Granada.  

Además, la coordinadora de la alianza Arqus (que reúne 350.000 estudiantes, 28.000 académicos y 19.000 personas de administración y servicios) reconoció que desde la Comisión Europea encomiendan un enfoque formativo basado en retos, que ponga en valor el trabajo en equipo y que propicie mentalidades más abiertas no centradas solo en las disciplinas. “Lo que mantiene viva esta iniciativa es la ilusión de avanzar en el abordaje de barreras y dificultades que se identifican desde hace tiempo en materia de internacionalización con el fin de brindar una oferta académica conjunta, flexible, adaptada y que prepare al estudiantado para los retos del siglo XXI, globalizado, tecnológico y digital, donde los enormes retos no son disciplinares sino interdisciplinarios”, puntualizó Dorothy Kelly.

Fernando Tapia (vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la Universidad del País Vasco) detalló el enfoque compartido que tiene Enlight en términos de sostenibilidad. La alianza aglutina una comunidad de 312.500 estudiantes en 9 universidades de 12 ciudades de Europa, con una amplia diversidad geográfica, cultural y lingüística. “La Universidad del País Vasco está fuertemente comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sostenible; de hecho, ha encontrado en ellos una hoja de ruta para alinear las metas de la universidad con los grandes retos del planeta. Aunque las 9 universidades que formamos Enlight provenimos de países diferentes, todas somos públicas, generalistas, con vocación de servicio a la sociedad y con una gran conexión con el tejido socioeconómico. Si bien la pandemia ha afectado enormemente la movilidad, hemos organizado diversos programas de corta duración con metodología de aprendizaje basada en retos y formatos de blended intensive programmes que empezarán a impartirse en marzo con estudiantes de las 9 universidades”, detalló el responsable de la Universidad Europea Enlight. 

Matilde Sánchez (UC3M-YUFE): iniciativa Universidades Europeas

Por su parte, Matilde Sánchez (vicerrectora de internacionalización de la Universidad Carlos III de Madrid) hizo mención al proceso de reforma de la Ley de Universidades. Según su opinión, la nueva ley está muy bien encaminada a la internacionalización: “El real decreto que la antecede hace una llamada específica a las ventajas y oportunidades que brinda la iniciativa Universidades Europeas. Nos tranquiliza saber que la nueva ley pueda recoger el tema de las tasas, la duración de los estudios y las agencias de acreditación pero preocupa la atracción de estudiantes internacionales ya que es clave flexibilizar los mecanismos de acceso. Si pedimos una prueba a un estudiante que viene de fuera de España, no la hará. Si de verdad queremos promover la movilidad europea, la clave está en buscar mecanismos alternativos de admisión para este perfil de estudiantes porque sino seguiremos en cifras del 1-3% con el consecuente impacto negativo en los rankings, sin posibilidad de competir con otras universidades cuyo acceso es abierto”.

Retos globales y apuestas futuras por el Espacio Europeo de Educación Superior

En el tercer módulo, los ponentes se centraron en las barreras aún pendientes por superar para que los campus transaccionales posibiliten una experiencia verdaderamente europea, sin limitaciones ni restricciones. “Todavía tenemos trabas en la legislación española que impiden un mejor reconocimiento de las experiencias internacionales y por tanto de las titulaciones. Aún existen obstáculos burocráticos que tenemos que remover mientras van surgiendo otros instrumentos como las microcredenciales, que sí favorecen la internacionalización además de aportar mayor agilidad y actualización de la oferta académica para que los estudiantes puedan especializarse acorde a los nuevos tiempos que demanda el mercado laboral”, apuntó Alfonso Gentil (SEPIE).

En complemento, el jefe de unidad de Educación Superior Europea reconoció que se está intentando que las universidades europeas sean pioneras en ofrecer microcredenciales como vía para asegurar la formación continua y dar respuestas a las necesidades del mercado laboral que cambian constantemente. “Hoy en día se requiere que el profesional no se base sólo en estudios universitarios de hace tiempo sino que se actualice acorde a las nuevas demandas de su profesión, más aún si necesita reorientarse profesionalmente. Las microcredenciales son certificaciones de aprendizaje que se realizan en cursos cortos y que sirven a estas necesidades, pero para ello hay que certificar la calidad, la transparencia y la documentación del aprendizaje, además de tener un marco europeo de reconocimiento que facilite la portabilidad de los estudios realizados”, añadió José-Lorenzo Vallés.

Fernando Tapia (UPV-Enlight) también se refirió a la necesidad de incluir programas cortos con contenidos interdisciplinares en el próximo curso académico, pero para ello se necesita “ablandar la rigidez” de nuestro sistema. “El sistema universitario español es especialmente rígido comparado con el de otros países y no estamos preparados para una movilidad de currículos. A día de hoy nuestros planes de estudio son muy rígidos y se convierten en obstáculos. En España resulta casi impensable incluir en el plan de estudios de informática o de ingeniería química una asignatura sobre compromiso global en la que además habrá matriculados de diversas titulaciones y universidades. Para plantear titulaciones conjuntas que funcionen a largo plazo necesitamos transformar nuestro modus operandi”.

Dorothy Kelly (UGR-Arqus): iniciativa Universidades Europeas

En sintonía, Dorothy Kelly (UGR-Arqus) recalcó la necesidad de que se eliminen las barreras existentes en relación al reconocimiento de títulos si es que verdaderamente se pretende lograr un Espacio Europeo de Educación Superior: “El sistema de verificación y de acreditación de España es uno de los más rígidos, lo que imposibilita introducir cambios de forma ágil y rápida. Debemos avanzar hacia un sistema de acreditación institucional que confíe en la garantía interna de calidad de las universidades para darnos la flexibilidad que necesitamos, no solo para trabajar en las alianzas sino para atender las necesidades de la ciudadanía”.

Matilde Sánchez (UC3M-YUFE) también se sumó al pedido de un marco legal que permita el desarrollo de las universidades europeas a través de una entidad jurídica propia que habilite, por ejemplo, a incorporar personal o a emitir títulos. “Tenemos que cambiar la mentalidad y pasar de trabajar en modo proyecto a un planteamiento de universidad: creernos que vamos a ser una universidad europea y trabajar en esa línea. Esa forma de pensar cuesta cambiarla porque nunca hemos trabajado así entre todos juntos, aunque sí individualmente cada uno con su universidad. Si lo logramos, podremos incluso mejorar la inserción laboral, implicando a la sociedad, la industria y los gobiernos en todo el proceso de creación de actividades de las universidades”, afirmó.

José-Lorenzo Valles (Agencia Ejecutiva Europea de Educación y Cultura): Espacio Europeo de Educación Superior

Sobre el cierre del Debate CYD, los ponentes compartieron su proyección sobre la iniciativa Universidades Europeas y lo que se espera de las instituciones educativas en un futuro no muy lejano. A nivel europeo, la educación superior y la investigación se verán impulsadas por 4 acciones emblemáticas que detalló José-Lorenzo Vallés (Agencia Ejecutiva Europea de Educación y Cultura): la primera, ampliar a 60 las universidades europeas con más de 500 instituciones de educación superior para mediados de 2024, con un presupuesto Erasmus+ de 1.100 millones de euros para el período de 2021-2027. La segunda, trabajar a favor de un estatuto jurídico que permita a las alianzas poner en común sus recursos, capacidades y puntos fuertes y que cuente con un proyecto piloto Erasmus+ a partir de 2022. La tercera, trabajar para la implantación de un título europeo conjunto para reconocer el valor de las experiencias transnacionales en las cualificaciones de educación superior que obtienen los estudiantes y reducir la burocracia para la realización de programas conjuntos. Y la cuarta, impulsar el carnet europeo de estudiante, mediante el uso de un identificador único de alumno europeo disponible para todos aquellos que se desplazan por las universidades europeas.

Para Fernando Tapia, la universidad del futuro debe abrazar los itinerarios de aprendizaje flexibles y basados en retos, con una educación centrada en los estudiantes siendo éstos los corresponsables de su propio proceso de aprendizaje, además de defender las competencias transversales y potenciar la movilidad no solo física sino también virtual del alumnado, del personal docente e investigador y del administrativo y de servicios. “Necesitamos una universidad porosa, en contacto estrecho y constante con la sociedad y con los actores de su ecosistema”, concluyó. 

Suscribiendo a estas declaraciones, Dorothy Kelly defendió el carácter inclusivo que deben tener las universidades europeas para los estudiantes, docentes y personal: “debemos subrayar el valor intercultural de esta iniciativa en un mundo tan globalizado y complejo como el que vivimos. Las alianzas deben ser un instrumento para fomentar el mutuo entendimiento y, para ello, debemos dejar de pensar en términos de proyecto para apostar por una paradigma que congregue el compromiso de todas las universidades implicadas”. Matilde Sánchez adhirió a ello resumiendo los 4 adjetivos calificativos que debe tener la universidad del futuro: abierta, flexible, innovadora e inclusiva.

* Melina Díaz, responsable de comunicación Fundación CYD.

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