Dado el papel que desempeñan la ciencia, la tecnología y la innovación como ejes esenciales para el desarrollo socioeconómico de España, es de suma importancia que las mujeres participen plena y equitativamente en estas áreas. Pese a que buena parte de la historia se escribe a partir de las aportaciones de las mujeres, aún existen obstáculos que frenan su integración. A la sistemática invisibilización de sus investigaciones le sucede la consiguiente falta de referentes femeninos, lo que se une al cuestionamiento social de su dedicación y a la segregación sexual, vertical y horizontal. “Como en muchos otros ámbitos de la vida, en el sistema científico, tecnológico e innovador español las mujeres siguen tropezando con barreras visibles e invisibles que les impiden participar, influir y liderar de forma plena. Pero estamos avanzando”, sostiene Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación. Conversamos con ella para conocer su lectura sobre los obstáculos arraigados, los sesgos vocacionales, los estereotipos y también las iniciativas que se están impulsando para reducir estos hándicaps.
La solución a los desafíos presentes y futuros del desarrollo sostenible depende de la movilización de todo el poder de la ciencia, la cual no puede seguir privándose del potencial de más de la mitad de la población mundial. Al mismo tiempo, la producción científica y la labor de investigación se nutren de la diversidad pero, aunque hay indicios alentadores de mejora, las estadísticas reflejan la existencia de la inequidad de género. Así lo demuestran los datos de un informe elaborado por el Ministerio de Educación: en España, solo el 5,2% de las chicas esperan trabajar en profesiones del ámbito de la ciencia, frente al 15,3% de los chicos. En la universidad apenas un 25% de quienes eligen grados STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas) son mujeres, porcentaje que se reduce a la mitad en carreras como informática o ingeniería.
El gran reto pendiente es despertar las vocaciones científicas y técnicas de las niñas que, condicionadas por estereotipos de género, no se perciben brillantes en las áreas STEM donde casualmente se encuentran las profesiones de mayor calidad e influencia para diseñar el futuro. Así lo sostiene Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación, quien reconoce que a los 15 años solo el 8% de las chicas se ven trabajando en el ámbito de la ingeniería o la informática, unas carreras donde las mujeres representan solo el 20% de las personas doctoradas.
Según el Informe Mujeres Investigadoras CSIC 2021, a nivel de investigadores predoctorales, las mujeres suponen el 50,5%, un poco más de la mitad, pero esa equiparación va disminuyendo a medida que se sube en la escala: al llegar a científicos titulares la balanza ya se ha desequilibrado y las mujeres son el 40%; y en la categoría de profesores de investigación son el 26,9%. En este sentido, Diana Morant reconoce que “otro gran reto es retener el talento femenino e impulsar su liderazgo. Aunque, al inicio de las carreras científicas, el número de mujeres es incluso algo superior al de hombres, ellas van abandonando poco a poco, dados los obstáculos extra por ser mujeres y, finalmente, no llegan a ocupar ni una cuarta parte de los puestos de dirección en universidades y centros de investigación. Además, solo el 20% de las publicaciones científicas están lideradas por mujeres”.
Dialogamos con la actual ministra de Ciencia e Innovación de España desde julio de 2021, quien asumió la responsabilidad de reformar la Ley de Ciencia no sólo con medidas para legislar cuestiones científicas y técnicas sino para garantizar la equidad de oportunidades en el sector científico. Y así lo está haciendo: “estoy convencida de que en dos años habremos garantizado que las mujeres sean también beneficiarias de la investigación científica y que los problemas que les afectan sean igual de relevantes para la I+D+i que los de los hombres, y que también habremos asegurado que las investigadoras e innovadoras sean agentes del cambio arraigado en la investigación, la innovación y las tecnologías, ámbitos donde las mujeres siguen infrarrepresentadas”.
1. El Día Internacional de la Mujer es un momento clave para reflexionar acerca de los avances logrados. ¿Cómo definirías la situación actual en términos de igualdad de género en la ciencia?
En España, se ha acelerado la presencia de la mujer en la I+D+i desde 2018, con una tasa de empleo femenino de un 35% frente al 28% de empleo masculino, y un incremento en la ocupación de 4 puntos porcentuales para ellas, el doble que para ellos, de 2018 a 2020, que ha continuado creciendo en esa misma proporción hasta hoy. Estos son datos procedentes del informe Mujeres e Innovación 2022 que presentamos el 8 de marzo. Los datos y análisis que recogemos son decisivos para orientar nuestras estrategias, acciones e instrumentos que aceleren e impulsen los cambios que necesitamos.
España supera hoy la media europea en número de mujeres científicas e innovadoras. Somos el sexto país a la cabeza en igualdad de género en la Unión Europea, como señala el Instituto Europeo de Igualdad de Género, resultado de las numerosas y relevantes leyes y políticas públicas implementadas en los últimos años. Pero queda camino por recorrer: es esencial que los resultados de la innovación y la investigación beneficien a hombres y mujeres por igual. Avanzaremos también en este aspecto con la reforma de la Ley de Ciencia, que refuerza la perspectiva de género en la planificación científica alineándose así con las directrices de la Comisión Europea.
2. Poco después de asumir como ministra de Ciencia e Innovación expresaste que querías acabar con la brecha de género y el acoso en la carrera investigadora. ¿Cuáles son las medidas que se han/están implementando?
Desde el ministerio, trabajamos para cambiar y modernizar los modelos organizacionales y que reflejen la diversidad de la sociedad y sus valores y principios, pero también para despertar conciencias y frenar esas inercias históricas que perpetúan los estereotipos de género y modificar así los modelos sociales y culturales. Hace pocos días, en el Consejo de Ministros y Ministras aprobamos el Plan Estratégico para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres 2022- 2025, el principal instrumento del Gobierno para orientar las actuaciones que nos harán avanzar en la consecución de la igualdad entre mujeres y hombres en estos próximos años.
La reversión de las brechas de género pasa por visibilizar, educar, capacitar y legislar. En estos momentos, estamos a punto de aprobar una reforma de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación que, por primera vez en la historia, refuerza la transversalidad de género en las políticas de ciencia y de innovación, y da respaldo jurídico a la igualdad de género en la I+D+i a través de medidas transformadoras que contribuirán a aumentar la presencia de mujeres en estos campos e impulsar su liderazgo. Por ejemplo, la nueva ley obliga a los centros de investigación y universidades a tener, cumplir y evaluar planes de igualdad y también protocolos contra el acoso sexual o por razón de sexo, orientación, identidad y características sexuales. No hay ciencia ni innovación de excelencia si no incluye la garantía de la igualdad.
3. Un gran tema es el de las vocaciones científicas y tecnológicas en niñas y adolescentes. En tu caso, “tu vida ha sido una rebelión permanente para situar a la mujer en los espacios tecnológicos”. ¿Qué es lo que te llevó a estudiar ingeniería de telecomunicaciones? ¿Qué recuerdas de esa etapa formativa? ¿Has vivido el síndrome de la intrusa?
Cuando era niña, en los años 80, en casa, sin pretenderlo ni saberlo, ya recibíamos el mensaje de que las tecnologías no eran cosa de chicas. Yo me rebelé ante esa realidad, decidí romper con esos moldes invisibles impuestos por la sociedad y estudié Ingeniería de Telecomunicación. Hoy, décadas después, me preocupa que las niñas sigan condicionadas por esos estereotipos y, en las carreras tecnológicas, incluso cada vez hay menor presencia de mujeres.
En el aula de la universidad éramos muy pocas mujeres. Y, efectivamente, empiezas a sentir el síndrome de la intrusa: que estás en un lugar al que te hacen sentir que no perteneces. Ese sentimiento puede continuar también cuando las mujeres acceden al mercado laboral e incluso cuando llegan a liderar, y siguen siendo minoría. Además, durante la maternidad que coincide con un momento clave para ascender en cualquier carrera, muchas mujeres sufren también un sentimiento de frustración por tener que priorizar o elegir entre su carrera profesional y su vida familiar.
4. La reforma de la Ley de Ciencia incluye un paquete de medidas para garantizar la equidad de oportunidades en el sector científico, fijar tolerancia cero ante el acoso sexual y revisar los planes de igualdad en los centros de investigación. ¿Necesitamos cambios estructurales en la organización del trabajo para asegurar que tanto mujeres como hombres puedan contribuir y colaborar en equipo? ¿Cuál sería el punto al que quisieras arribar en materia de igualdad?
Efectivamente, la reforma de la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación contribuirá a acelerar cambios en la cultura de las organizaciones para que los ámbitos de trabajo donde se investiga y se innova sean igualitarios y diversos, estén libres de sexismo, sean seguros y refuercen la capacidad de conciliar el compromiso familiar con el trabajo.
Por ley, se mandata que todos los centros del sector público estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación tengan y cumplan planes de igualdad y protocolos contra el acoso sexual. También, se impulsará un distintivo de igualdad de género en I+D+i para aquellos centros que acrediten el excelente cumplimiento de estándares de igualdad. Además, la ley asegura la igualdad de oportunidades en los procesos de selección y evaluación, en los que cuidar a menores o a personas dependientes ya no estará penalizado, y obliga a establecer mecanismos para eliminar sesgos de género en estos procesos, como asegurar un mínimo de un 40% de mujeres en comités de evaluación y de premios.
Estos cambios han de llegar a través de un compromiso firme y de una acción y seguimiento constantes, para asegurar que se implementen los planes de igualdad, los protocolos frente al acoso sexual y por razón de sexo y las medidas para eliminar sesgos en la selección e integrar la dimensión de género en la I+D+i.
5. Uno de tus propósitos es reducir la fuga de talento que hay en España, en especial en la ciencia: “No quiero que haya científicos que se queden sin oportunidades porque el número de contratos sea inferior a la capacidad y el talento que tenemos”. ¿Debemos dejar de dar la espalda a nuestros investigadores? ¿Cómo puede la nueva Ley de Ciencia contribuir a ello?
Esta reforma legislativa es uno de los instrumentos para saldar la deuda que tiene nuestro país con la ciencia y con las personas que investigan e innovan. Y saldarla pasa por mejorar sus condiciones de trabajo, ampliar sus derechos y aumentar las oportunidades de realizar un proyecto de vida estable y atractivo en torno a la I+D+i en España. La vocación de esta ley es reparar un sistema fallido para dar soluciones reales a nuestra comunidad científica e innovadora.
El texto recoge también una batería de medidas para estimular la atracción y movilidad de talento; entre ellas, la redefinición de los quinquenios que, por primera vez, evaluarán y reconocerán todos los méritos de investigación realizados, tanto en España como en el extranjero, en la totalidad del sector público y también en universidades públicas y privadas. Esta medida se suma al Plan de Recuperación y Atracción de Talento diseñada con el fin de hacer de España un país para la ciencia, con condiciones y salarios atractivos, donde quienes se fueron puedan regresar y las mentes más brillantes se quieran incorporar.
6. Se sabe que la carrera investigadora es precaria, desde su inicio con contratos predoctorales de bajo salario, que además exigen exclusividad, hasta la incertidumbre que viene después ante el fin de los contratos, siempre sin saber si habrá otro después. ¿Tienes medidas concretas para mejorar esta situación?
La ley pone fin a la precariedad endémica en el sector público de la I+D+i con medidas como la creación de un nuevo contrato indefinido, alineado con la reforma laboral y adaptado a las singularidades del sistema, que dará estabilidad al personal de investigación, técnico y de gestión de grupos o proyectos de investigación. Miles de personas que trabajan en universidades, centros de investigación, fundaciones y consorcios ya no tendrán que vivir con la angustia de encadenar contratos temporales de obra y servicio. La ley también dibuja un nuevo itinerario más estable para transitar con seguridad hacia una plaza pública en universidades y organismos de investigación. Además, los investigadores e investigadoras contarán con más oportunidades de asentar su carrera, pues la ley les reserva, por primera vez, un 25% de plazas en los organismos públicos de investigación, que se suman al 15% reservado en universidades. Además, esta norma crea un nuevo derecho que los investigadores e investigadoras posdoctorales y predoctorales llevaban años reclamando: la indemnización tras la finalización de contrato.
7. ¿Cómo puede la nueva Ley de Ciencia contribuir a mejorar las condiciones de quienes trabajan en I+D y a su vez mejorar la financiación del sistema de ciencia?
La reforma legislativa también reduce las cargas administrativas que ahogaban a nuestros científicos y científicas, y atiende las demandas de todos los colectivos del sistema, como el personal técnico, que pasa a incluirse dentro de la categoría de personal de investigación, y el personal investigador sanitario, que es reconocido también como investigador del Sistema Español de Ciencia, ganando así nuevos derechos.
Además, la reforma cumple con la gran reivindicación histórica de la ciencia: blindar una financiación pública estable y creciente en I+D, acorde a la media europea, que permita invertir en más investigación, más innovación y en la modernización de los equipamientos e infraestructuras de nuestro Sistema Público de Ciencia, Tecnología e Innovación. Por primera vez, fijamos un compromiso: alcanzar una inversión pública en I+D del 1,25% del PIB en 2030 que, junto con la inversión privada que ya estamos traccionando desde el sector público, nos permitirá llegar al 3% global que propone la Unión Europea. El éxito de esta ley será un éxito de país, el éxito de los y las jóvenes a quienes abrirá nuevas y mejores oportunidades laborales, y el de las empresas y territorios, a quienes ayudará a crecer de forma sostenible y sostenida.
8. Según reconoces, “tengo el encargo del presidente del Gobierno de que dentro de diez años miremos a esta época como el momento clave que permitió que la ciencia y la innovación tengan las condiciones que necesitan para transformar la vida de los ciudadanos”. ¿Cómo crees que será el Día Internacional de la Mujer en esos años? ¿Habremos avanzado o retrocedido en relación a nuestras demandas actuales?
Nuestra misión es clara en estos momentos: crear nuevos derechos para las personas que investigan e innovan, mejorar sus carreras y que puedan consolidar un proyecto de vida en torno a la I+D+i en España, y hacerlo integrando la igualdad como eje transversal a todas nuestras políticas y acciones para conseguirlo. De esta forma, en diez años, la comunidad científica e innovadora de nuestro país ha de tener la estabilidad, el reconocimiento y los recursos que necesita para servir como motor de transformación de España, un país más verde, digital, próspero, justo e inclusivo, gracias a un progreso colectivo arraigado en la ciencia y la innovación.
Imagino un 8 de marzo de celebración del feminismo y de los derechos e igualdad alcanzados; un Día Internacional de la Mujer donde, en España, las demandas sean muchas menos, porque el camino para conseguirlas ha avanzado verdaderamente. Midiendo, visibilizando, educando y activando medidas transformadoras, desde el ministerio nos vamos a seguir esforzando al máximo para alcanzar, en estos próximos años, la participación plena y equitativa de las mujeres en el sistema científico, tecnológico e innovador en todos los ámbitos y niveles.
* Melina Díaz, responsable de comunicación Fundación CYD.