El Barómetro CYD acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario muestra la opinión de los ciudadanos sobre la universidad española, cómo valoran su papel en el desarrollo económico y social de España y cómo creen que la universidad aborda los principales retos presentes y futuros. Una amplia mayoría de los encuestados destaca el beneficio que la universidad aporta al bienestar personal (87%) y al desarrollo profesional (86%), así como su contribución a que la sociedad sea más diversa (77%), democrática (74%) y equitativa (70%).
Entre los aspectos en los que los ciudadanos son más críticos: el 70% considera que la enseñanza es muy teórica y poco práctica, y para un 48% la formación recibida se ajusta poco a las demandas del mercado laboral. Además, un 62% considera que no todas las personas que tienen interés y capacidades para estudiar en la universidad pueden hacerlo, y un 60% cree que el sistema de becas es insuficiente.
La encuesta, que cuenta con la opinión de una muestra representativa de personas mayores de 18 años con diferentes niveles de estudios y renta, permite conocer la valoración general de los españoles y valorar las diferencias de percepción en función de la edad, el nivel de estudios o la renta salarial.
Para Sònia Martínez Vivas, directora de la Fundación CYD, este estudio permite conocer el pulso de la universidad en la sociedad:
“Desde la Fundación CYD analizamos con detalle muchos indicadores objetivos de la universidad que publicamos en el Informe CYD o el Ranking CYD. Este barómetro, en cambio, analiza la valoración de las personas en base a su propia experiencia o la de su entorno, y permite conocer su opinión respecto a cómo la universidad responde a los retos principales que la sociedad le plantea, como el ajuste de la formación ofrecida con lo que demanda el mercado laboral, la accesibilidad, la financiación o la contribución a resolver retos de futuro como el cambio climático”.
Sònia Martínez Vivas, directora de la Fundación CYD
1. A mayor edad, mejor es la valoración que las personas hacen de la universidad: los jóvenes de 18 a 29 años, los que tienen una opinión menos favorable
A mayor edad, mejor es la valoración que las personas hacen de la universidad: la opinión general positiva pasa del 86% entre los mayores de 65 años, al 69% entre los jóvenes de 18 a 29 años; y, entre estos últimos, un 24% tiene una opinión regular, un 5% mala y un 1% muy mala. Al ser preguntados por la contribución de la universidad al bienestar personal y al desarrollo profesional también se observa que entre los jóvenes hay un porcentaje mayor (27%) que considera que la universidad no aporta ventajas.
Los más jóvenes también son más críticos a la hora de valorar el papel de la universidad ante los retos sociales. Mientras que una amplia mayoría de los encuestados está de acuerdo con que la universidad contribuye a resolver estos retos, los porcentajes son menos positivos en el caso de los jóvenes respecto a la aportación que la universidad hace a que la sociedad sea más diversa (67%), democrática (63%) o equitativa (64%); a responder a las principales necesidades (56%) y a resolver el cambio climático (47%).
Si se analizan las respuestas por nivel de estudios, se observa que las personas con formación universitaria tienen una mejor valoración de los beneficios que la universidad aporta a la sociedad, así como su papel en la resolución de los principales retos.
Finalmente, el 40% de los encuestados opina que en el reto del cambio climático es donde menos contribución aporta la universidad; posición que también se mantiene si se analizan las respuestas según edad y nivel de estudios.
Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD destaca la valoración general positiva de la universidad:
“Aunque hay algunas diferencias en la valoración sobre la universidad entre grupos de edad y por nivel educativo, la opinión sobre la contribución de las universidades a la sociedad es en general positiva y compartida por distintos estratos de población, lo que es una buena conclusión para el sistema universitario español”.
Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD
2. La universidad genera talento y competitividad, pero los encuestados opinan de forma mayoritaria que su formación es demasiado teórica
Con respecto a la valoración de los encuestados sobre diversos aspectos en los que la universidad puede aportar o contribuir a la sociedad, el 81% de los encuestados valora la aportación de la universidad a la atracción y generación de talento, el 80% destaca su papel en la formación de profesionales en activo, el 79% está de acuerdo en su papel en la generación de líderes y un 77% cree que la universidad impulsa la competitividad. Además, una amplia mayoría considera que la universidad contribuye al progreso social (87%) y a la formación a lo largo de la vida (86%), permite el acceso a empleos de mayor calidad (83%) y promueve la innovación y el emprendimiento (78%). Finalmente, y con valoraciones no tan positivas, un 50% cree que la universidad contribuye a la formación de desempleados. A mayor edad y mayor nivel de estudios, mejor es la opinión sobre la contribución de la universidad en estos aspectos.
Cabe destacar por último que un 70% considera que la enseñanza ofrecida por las universidades es muy teórica y poco práctica, opinión especialmente extendida entre el colectivo más joven, donde este porcentaje alcanza el 76%.
3. Los recursos invertidos justifican los resultados posteriores
El 57% de los entrevistados está de acuerdo en que los recursos económicos y de tiempo invertidos en la educación universitaria se justifican con los beneficios posteriores, aunque cabe destacar que un 39% considera que los recursos empleados se justifican poco o nada con el retorno que obtienen. Los porcentajes son similares en todos los grupos según su nivel de estudios: el 59% de los graduados considera que hay un retorno, frente al 55% de las personas con estudios secundarios y el 56% con estudios primarios o inferiores. Analizando las respuestas por grupos de edad, observamos que en el colectivo de personas entre 45 y 64 años se da la opinión más polarizada: mientras que el 54% está de acuerdo en que los beneficios de la universidad justifican la inversión, un 43% está poco o nada de acuerdo con dicha afirmación. El 88% de los que han cursado estudios universitarios volvería a tomar la misma decisión, y, de estos, un 41% repetiría el centro y la titulación. Entre los que no han ido a universidad, un 51% señala que sí iría si pudiera volver a elegir, mientras que un 27% se decantaría por los estudios de Formación Profesional.
4. Más autonomía y mayor liderazgo internacional
Preguntados sobre cómo debería ser la universidad que España necesita, un 78% de los entrevistados opina que las universidades deberían estar especializadas en algunas disciplinas, tener autonomía y rendir cuentas de sus objetivos y de su contribución a la sociedad y al bienestar común. Un objetivo que va en la línea de las conclusiones del Informe CYD, que apunta a la necesidad de mejorar la gobernanza para dotar a la universidad de mayor autonomía y que pueda acometer medidas que contribuyan a mejorar la calidad e indicadores como la empleabilidad, la I+D y el prestigio internacional, entre otros.En el marco internacional, el 54% de los encuestados considera que la calidad de las universidades españolas está al mismo nivel que las europeas, un 29% cree que las universidades de nuestro país están más atrasadas y un 11% opina que las universidades españolas están más avanzadas. El 44% de los entrevistados opina que la universidad española tiene una calidad notable, aunque no ejerce un especial liderazgo internacional (afirmación que se encuentra más extendida entre aquellos que cuentan con estudios universitarios, un 46%, frente al 32% de quienes no tienen estudios o tienen estudios primarios), mientras que el 25% opina que es un referente internacional, aunque tendría que mejorar en algunos aspectos.
5. Más accesibilidad y mayor financiación de la universidad
Un 62% de los entrevistados considera que no todas las personas que tienen interés y capacidad para estudiar en la universidad pueden hacerlo. Por franjas de edad, los más jóvenes son los más positivos: el 50% considera que sí puede estudiar quien tiene interés y capacidad, frente al 25% de los mayores de 45 años que opina lo mismo. Por otra parte, un 55% opina que la universidad debería incrementar el nivel de exigencia a los estudiantes para acceder y continuar con sus estudios.
Por lo que se refiere a la financiación de la universidad, el 87% de los encuestados cree que debería ser accesible económicamente para todos y un 82% cree que debería ser totalmente gratuita. Por lo que se refiere al actual sistema de becas y ayudas, un 60% de los encuestados lo cuestiona como garante de la igualdad. Finalmente, un 46% cree que las empresas participan poco en la financiación de las universidades.
6. Falta de ajuste entre formación universitaria y mercado laboral
El 90% de los encuestados considera que la universidad debe tener como prioridades la inserción laboral y el desarrollo profesional. Sin embargo, el 48% los entrevistados cree que la formación universitaria tiene poco o nada que ver con las demandas del mercado. Los más críticos son los graduados universitarios: el 53% cree que el ajuste entre formación y mercado laboral es poco o nada efectivo, una cifra que se reduce al 34% para aquellos que como mucho han cursado estudios primarios.
Además, un 33% considera que hay universitarios que desempeñan un trabajo para el que están sobrecualificados, unas cifras que van en la línea con las que expone el Informe CYD, que muestran que en España el 36,1% de graduados superiores trabaja en posiciones que no son de alta cualificación, el porcentaje más alto de la UE.
Metodología del Barómetro CYD
El Barómetro CYD ha sido promovido por la Fundación CYD. El trabajo de campo ha sido realizado por GAD3 a una muestra representativa de 1.012 personas (49% hombres y 51% mujeres). De estos individuos, el 46% tiene estudios primarios o secundarios y el 54% estudios universitarios. El periodo de recogida de información se realizó en el mes de julio de 2022.
Se han analizado las respuestas para el conjunto de encuestados y diferenciando por grupo de edad: 18-29 años, 30-44 años, 45-64 años y 65 o más; por nivel formativo: estudios primarios o inferiores, secundarios y universitarios; y por nivel de renta: menos de 1000 euros, de 1001 a 2000 euros, de 2000 a 3000 euros y más de 3000 euros.
En la elaboración del Barómetro CYD acerca de la valoración de la sociedad sobre la calidad del sistema universitario han colaborado Marta Martínez-Matute, Profesora Ayudante Doctor del Departamento de Análisis Económico, Jorge Sainz, director del departamento de Economía Aplicada I e Historia e Instituciones Económicas en la Universidad Rey Juan Carlos, e Ismael Sanz, profesor titular del departamento de Economía Aplicada I de la Universidad Rey Juan Carlos.