La sesión de clausura del acto de presentación del Informe CYD 2018 contó con la intervención especial de nuestra Presidenta, Ana Botín, quien se pronunció a favor de una reforma de la universidad española ante un auditorio con más de 170 personas destacadas y referentes del ámbito universitario, instituciones, universidades y miembros del patronato.
En la sesión de clausura, en la que además intervinieron José Carlos Gómez Villamandos (Presidente de la CRUE), Antonio Abril (Presidente de la Conferencia de Consejos Sociales) y Javier Monzón (Presidente del Comité Ejecutivo de la Fundación CYD), Ana Botín centró su discurso en la urgencia que tiene España de mejorar su sistema educativo mediante la reforma del régimen jurídico.
A continuación, compartimos dos videos que resumen el acto. En el primero, los fragmentos más destacados del discurso que nuestra Presidenta Ana Botín pronunció el pasado 16 de septiembre en la presentación del Informe CYD 2018. Al final del artículo, podrás ver el segundo video con las intervenciones y los momentos más relevantes de la jornada.
Lo que estamos viviendo no solo es una transformación radical sino que se está dando a una velocidad exponencial. Esto hace que la distribución del saber se encuentre en el epicentro de todas las posibilidades de prosperidad futura. A diferencia de las revoluciones anteriores, el saber no es un recurso finito sino todo lo contrario: cuanto más se sabe más se puede y debe saber. El crecimiento del saber también es exponencial y ahí es donde radica su valor exponencial: quien se adelanta, gana; quien se retrasa pierde.
Esto no es un tema menor si estamos comprometidos con la idea de un futuro mejor para todos los españoles y para España. La adquisición del saber es un proceso que requiere como todos tiempo esfuerzo y dinero. Si la sociedad no pone los medios para que el acceso al saber sea un proceso abierto y accesible a la mayoría, simplemente no vamos a ser capaces de mantener los niveles de igualdad y eficiencia que la sociedad reclama.
La empleabilidad es algo que a todos nos debe preocupar. Una de las cosas en las que tenemos que centrarnos es en cómo podemos coordinar mejor la demanda de empleo con la de graduados. La sociedad no va a tolerar por mucho más tiempo, que (con razón o sin ella) los jóvenes se sientan bien calificados y al mismo tiempo frustrados porque el mercado de trabajo no reconoce su potencial con salarios dignos ni con empleos estables.
En aspectos muy importantes hemos avanzado y tenemos que seguir haciéndolo, pero hay áreas en las que nos hemos estancado como son la internacionalización, la excelencia en la investigación, la capacidad de adaptar las titulaciones a la demanda de los empleadores, la flexibilidad y celeridad en la mejora de la docencia, incluso en la transferencia y la valoración de la universidad.
Claramente lo que tenemos que intentar hacer entre todos es eliminar esos obstáculos. Los rectores, las rectoras y la universidad saben y quieren hacer estos cambios. Esto va de más recursos y de adaptar el marco regulatorio. La revolución digital no nos va a esperar.
Esta reforma de la universidad española es algo que entre todos tenemos que ser capaces de acometer. Vale recordar los principios: poder tener una gestión más ágil y flexible, mayor autonomía, y a cambio poder ofrecer mayor transparencia, responsabilidad y una mejor rendición de cuentas.
Poder diferenciarse y poder ofrecer este servicio tan importante y tan crítico en el mundo de hoy a la sociedad, poder operar con garantías en un marco nacional e internacional que es cada vez más competitivo.
Si además quieres revivir todo lo que sucedió en la presentación del Informe CYD 2018 en Casa de América (Madrid), aquí puedes ver el video resumen con las intervenciones más destacadas de la mesa redonda sobre inserción laboral así como las conclusiones sobre el estado actual del sistema universitario español expuestas en la clausura.
