El Informe CYD 2004 parte de la convicción de que para insertar con éxito a España en la sociedad del conocimiento se requiere la contribución de la universidad sobre la base de una eficaz interrelación con el tejido productivo y el sector empresarial, con acento en su ámbito territorial de influencia.
Del Informe CYD 2004 es posible saber que la universidad significa el 1,2% del PIB y un porcentaje algo superior del empleo español, con 235.000 personas que desarrollan su actividad relacionada a ella. La tasa de paro de los graduados es más de tres puntos inferior a la de la economía española.
Según la encuesta que realizamos para el informe, es insuficiente la cercanía entre universidad y empresa: dos tercios de las empresas no tiene relación con la universidad, y un tercio de ellas no las considera como motor de desarrollo económico si bien una gran mayoría cree que sí deberían hacerlo.
Con una evolución favorable, la universidad desempeña un papel central en la actividad investigadora. Además del 30% que la universidad significa en el total del esfuerzo investigador, su papel ha sido determinante para que el país ocupe la novena posición mundial en producción científica publicada.
Como recomendación, las administraciones públicas deben propiciar que el marco legal y normativo permita a cada universidad dotarse de instrumentos para su actuación en materia de desarrollo económico, así como promover estímulos y sistemas de rendición de cuentas que garanticen su eficiencia.
Mensaje de Ana Botín
En el mundo actual, competitividad significa, sobre todo, innovación y talento, junto a una fuerte capacidad para emprender; por lo que recorrer con éxito nuestro camino futuro va a requerir, de nuevo, el concurso y el acierto de la institución universitaria. Su importancia radica no sólo en el millón y medio de estudiantes que hoy acoge en sus aulas y en los cerca de ochenta y cinco mil profesores que los forman y que también investigan, sino también en su decisiva capacidad para fomentar ese necesario espíritu innovador y emprendedor, en estrecha colaboración con los agentes empresariales y sociales, que permitan a la sociedad y economía españolas insertarse de manera efectiva en la sociedad del conocimiento.